El exministro de Seguridad pidió que se profundice la investigación de una de las causas que más incomoda al saencismo.
El escándalo por la causa que involucra a Benjamín Cruz, exfuncionario de Gustavo Sáenz, vuelve a ocupar espacio en la agenda política. Esta vez fue Abel Cornejo, exministro de Seguridad de la provincia, quien reclamó que la Justicia no se detenga y avance sin concesiones: “Hay que esclarecer hasta las últimas consecuencias”, sostuvo en una entrevista en FM Infinito.
Cruz está imputado en una causa por tráfico de influencias, un expediente que pone incómodo al oficialismo provincial y que amenaza con revelar los vínculos entre poder político, favores y privilegios con grupos delictivos.
Cornejo recordó que en su gestión había advertido sobre maniobras poco claras: “En su momento hice una denuncia por escrito y eso me trajo una serie de consecuencias”, señaló el también exjuez, dejando en claro que su decisión de exponer el caso le costó caro en lo personal y en lo político.
El hecho más llamativo que denunció fue el ingreso de Darío Monges” a la cárcel de Orán, para visitar al “Cabezón” Díaz, uno de los sicarios más peligrosos del norte provincial. Monges, asesinado de cinco balazos en la cabeza en un barrio de la capital salteña, fue hasta la cárcel de Orán presuntamente enviado por Benjamín Cruz, en episodio rodeado de irregularidades y sospechas.
“Yo denuncié que se investigue el ingreso de Monges a la cárcel”, insistió Cornejo, reforzando que no se trató de un dato menor sino de una maniobra que debe esclarecerse para entender hasta dónde llegaban las influencias.
El exministro también fue categórico al señalar que este no es un caso aislado, sino un reflejo de prácticas más profundas. “Hay que investigar todo, creo que ese caso como tantos otros amerita que se investigue hasta las últimas consecuencias”, remarcó, con un tono que dejó flotando la sensación de que la Justicia salteña sigue debiendo respuestas.
Las palabras de Cornejo no solo reabren viejas heridas dentro del saenzismo, sino que ponen en evidencia la resistencia del poder político a que ciertas causas avancen demasiado. Porque si la investigación llegara realmente a juicio, podrían salir a la luz entramados que trascienden el nombre de Benjamín Cruz y comprometen al corazón mismo del oficialismo provincial.
Con su denuncia, Cornejo vuelve a poner en el centro un expediente que muchos preferirían olvidar. Y en tiempos donde la desconfianza en la política crece, su llamado a “llegar hasta las últimas consecuencias” resuena como un recordatorio incómodo: en Salta todavía hay cuentas pendientes que el poder busca esconder bajo la alfombra.