Parece que el vicegobernador Antonio Marocco ha decidido que para rellenar su falta de politica y autonomia al sometimiento a Gustavo Sáenz, la mejor forma es a través de las redes sociales, y por supuesto, no realizando anuncios importantes sino con frecuentes efemerides.
En su última publicación, se dedicó a recordar el 30 de septiembre de 1824, el día en que se lanzó el primer periódico de Salta. ¡Qué emocionante! Pero, ¿acaso eso ayuda a los salteños a resolver sus problemas actuales? No, pero suena bonito y llena.
Mientras la crisis avanza, Marocco prefiere dedicar su tiempo a rendir homenaje a los “hombres y mujeres que han contribuido al periodismo”, lo cual es un esfuerzo encomiable, sin duda, pero los salteños están más preocupados por la salud, la educación y la infraestructura que por la historia de una revista que dejó de publicarse hace casi dos siglos.
Y como si esto no fuera suficiente, luego se lanza a repetir un recetario político de 1946. Organizar la sanidad pública, construir hospitales, mejorar la justicia… ¿en serio? Esta lista de deseos sacada de un libro de historia más que de un plan de acción contemporáneo hoy parece una tomada de pelo.
Marocco podría haber aprovechado la ocasión para presentar iniciativas o iniciar un debate pero en lugar de eso, nos regala una publicación copy-pegue que ya no tienen cabida en la realidad actual.
Es evidente que su agenda política se reduce a recordar fechas y personajes históricos, como un estudiante que no ha hecho su tarea y se aferra a lo que conoce. Mientras tanto, Salta necesita un líder que actúe, no un cronista nostálgico. La gente no quiere oír sobre el pasado; quiere ver resultados en el presente.
Si Marocco quiere ser tomado en serio, tendría que dejar de jugar al historiador y empezar a trabajar en soluciones reales. Las redes sociales no son un museo, son una herramienta para conectar con la ciudadanía y ofrecerles respuestas.
Es hora de que despierte de su ensueño histórico y se dé cuenta de que estamos esperando algo más, tal como lo hace la vicepresidente Victoria Villaruel, al menos plantear francamente sus diferencias y su punto de vista hacia donde debe ir la provincia.
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