Participaron de Tres Paraísos, Quebrachal, Pérez, Cáceres, Nueva Esperanza, Guayacán, Tomaba, Wichi y El Celibar.
El secretario de Políticas Sociales, Christian Saade, junto al intendente Isidro Ruarte encabezaron una nueva entrega de certificados del programa Mi Cocina, Mi Familia, a hombres y mujeres de nueve comunidades originarias de Mosconi, que durante dos semanas fueron capacitados en gastronomía y economía familiar.
Del curso participaron 60 personas de las comunidades de Misión Tres Paraísos, Quebrachal, Pérez, Cáceres, Nueva Esperanza, Guayacán, Tomaba, Wichi y El Celibar, a las cuales se les brindó las herramientas necesarias que permitan adquirir las habilidades culinarias básicas, para lograr una alimentación saludable, teniendo en cuenta la disponibilidad de alimentos y la producción.
El secretario de Políticas Sociales felicitó a los nuevos egresados a los cuales instó a compartir lo aprendido con aquellos que no pudieron acceder al curso. Además, hizo hincapié en la necesidad de que aprovechen lo aprendido para continuar avanzando, «ustedes son los artífices de su propio destino. No bajen nunca los brazos que por su desempeño y confianza están logrando cosas importantes».
Asimismo, Saade destacó la importancia del curso que dictaron junto a la Fundación Mabra, donde «cada uno de ustedes aprende no sólo la forma de preparar los alimentos, sino la manera de vincularse más con su familia, de mejorar la alimentación de los niños; lo cual permite generar más y mejores condiciones para que podamos seguir avanzando y que cada vez estemos mejor», dijo a los egresados.
Mi cocina, Mi familia
El Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario, a través de la Secretaría de Políticas Sociales, lleva a cabo dicho programa cuyo objetivo es mejorar los niveles de vida de la población en situación de vulnerabilidad. El programa se basa en nutrición, higiene y seguridad, manipulación de alimentos, economía familiar, cocina tradicional, cocina casera saludable, panadería y pastelería, conservas y huerta en familia.
Fuente: El Tribuno