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viernes, octubre 31, 2025

Colegio de Psicopedagogía: la opacidad en la gestión se traslada a las elecciones

La actual presidenta, Viviana Vacherand, busca ser reelecta en el cargo, pero el proceso está por demás amañado. Por si fuera poco, sus antecedentes en la administración pública, anticipan comicios para nada transparentes.

En los registros administrativos del área de Cultura en Salta, el nombre de Viviana Vacherand no pasa inadvertido. Durante su paso por la Coordinación de Bibliotecas y Archivos de la Provincia, área donde aún trabaja, fue protagonista de un episodio que derivó en un sumario administrativo por malversación de fondos provenientes de un subsidio otorgado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).

Según consta en la documentación incorporada al expediente, Vacherand —entonces empleada administrativa y encargada de ejecutar el programa “Lectura sobre ruedas”— facturó gastos con supuestas contrataciones a su esposo, el cantante César Balderrama, para justificar dudosas presentaciones artísticas que nunca se realizaron.

Las copias de esas facturas, por montos que oscilaban entre 500 y 700 pesos, sirvieron para rendir los últimos 10 mil pesos de un subsidio nacional destinado a fomentar la lectura en el interior provincial. Aunque hoy pueda parecer una cifra menor, en aquel contexto representaba una suma considerable para un programa público.

Las irregularidades salieron a la luz cuando un empleado del área encontró los comprobantes y los presentó ante las autoridades. El caso derivó en un sumario interno que nunca tuvo sanciones efectivas, y tanto Vacherand como otros implicados continuaron en funciones sin consecuencias administrativas.

DE LOS FONDOS PÚBLICOS A LOS VOTOS INSTITUCIONALES

Más de una década después, Viviana Vacherand ocupa un cargo clave en el Colegio Profesional de Psicopedagogía de Salta, una institución que debería ser garante de ética, transparencia y responsabilidad profesional.

Sin embargo, voces provenientes del propio colegio advierten un escenario preocupante: no se convocan asambleas regulares, no se presentan balances ni rendiciones de cuentas, y las decisiones se concentran en un reducido grupo directivo.

El paralelismo con el pasado resulta inevitable. Si en el ámbito estatal existieron maniobras de manejo discrecional de fondos y manipulación de documentos, hoy se repiten las mismas lógicas de opacidad, concentración y ausencia de control interno.

Cuando los organismos públicos o colegiados no rinden cuentas ni garantizan procesos democráticos, dejan de representar a la comunidad y se transforman en espacios de intereses personales.

ELECCIONES BAJO SOSPECHA

A pocos días de las elecciones del Colegio Profesional de Psicopedagogía de Salta, previstas para el 3 de noviembre, la Lista 2 – “Una Alternativa Diferente” difundió un comunicado oficial en el que repudia las condiciones de votación previstas para el interior de la provincia.

Según expresaron, la Junta Electoral incumplió acuerdos previos y definió que, en varias localidades, la votación se realice en consultorios particulares de delegadas de la actual comisión, lo que vulnera los principios de transparencia e igualdad.

En localidades como Cerrillos, por ejemplo, se brindó únicamente una dirección, sin aclarar la titularidad del lugar. “Denunciar lo que ocurre no es una campaña sucia ni un ataque personal, sino un deber ético y un compromiso con la transparencia”, señalaron desde la Lista 2.

Desde el sector opositor remarcan que la Junta Electoral debería garantizar un proceso imparcial, y advierten que el actual oficialismo intenta perpetuarse mediante mecanismos poco claros, vulnerando derechos básicos de los profesionales matriculados.

ENTRE LA MEMORIA Y LA URGENCIA

El caso de Viviana Vacherand expone una trama persistente de poder, silencio y discrecionalidad.

Ayer, en la administración pública; hoy, en una institución colegiada que regula el ejercicio profesional de cientos de psicopedagogos salteños.

La pregunta es inevitable: ¿cómo se puede hablar de acompañamiento, ética y cuidado, cuando quienes conducen reproducen prácticas opacas y autoritarias?

En tiempos donde la transparencia debería ser la norma, la historia se repite. El dinero, la confianza y la representación profesional no pueden seguir administrándose entre pocos, sin control ni participación.

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