Un aspecto para nada menor olvidado en el histórico camino a Cafayate. Como no hay carteles, pintaron una roca para señalar la entrada al «Anfiteatro».
La colocación de carteles concientizando sobre los atractivos naturales que se pueden ver en el recorrido tendría que ser una premisa elemental para potenciar lo impresionante de la naturaleza del lugar.
Sin embargo, es notable la deficiencia. Por ejemplo, en el Anfiteatro pintaron una piedra para dar cuenta por donde se ingresa. Aunque resulte increíble el reconocido sitio natural, comparado por muchos con la acústica del teatro Colon en Buenos Aires, no tiene la señalización correspondiente.
Nada informa sobre los contenidos del patrimonio de la zona al igual que ocurre en otro lugar emblemático: el famoso Puente Morales, donde se filmó una escena de la taquillera película Relato Salvaje.
El enorme desperdicio sorprende para mal, puesto que no solo se desaprovecha una oportunidad para darle valor turístico sino, y sobre todo, por la falta de protección a los monumentos naturales.
El ministro Mario Peña, que suele recorrer los Valles Calchaquíes, debería prestar atención un poco más allá del sector hotelero, y ampliar su concepto de gestión en turismo. Darle un contenido con señalética es fundamental para preservar y valorizar grandioso lugar.