“Nadie mira para esa zona, es como que están esperando que desaparezcan”, lamentó la comunicadora y veedora oficial de las comunidades wichi de Santa Victoria Este, Agustina Matwiejuk.
Pese a los esfuerzos del Gobierno provincial para instalar una realidad en la que las necesidades de las comunidades indígenas- particularmente del norte provincial- son atendidas, aseguran que la situación de desidia no se ha modificado y los anuncios respecto a nuevos pozos de agua no son más que ficción.
Así lo dejó entrever la comunicadora y veedora oficial de las comunidades wichi de Santa Victoria Este, Agustina Matwiejuk, quien periódicamente visita las zonas habitadas por las comunidades llevando donaciones que permitan sortear las dificultades a la que las condena el abandono estatal. “El Gobierno de la Provincia, a través de áreas como la Delegación de Asuntos Indígenas o la empresa Aguas del Norte, inauguran mediáticamente con cierta frecuencia, por lo general cada un año, alguno de los pozos que se vienen inaugurando desde 2020”, denunció.
“Invito a que googleen. Desde 2020 que el gobierno de Sáenz está inaugurando pozos en Santa Victoria. Ya nombraron La Curvita y El Rosado como si estuvieron recién inaugurando obras”, señaló Matwiejuk. En efecto, los anuncios oficiales publicados recientemente se suman a los que se vienen realizando al menos desde 2020.
En diciembre de ese año, desde el Gobierno provincial se anunciaba la supervisión del entonces ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, junto al ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, del proyecto financiado por el Banco Mundial con una inversión inicial de $112 millones para la construcción de siete pozos ubicados en La Curvita, La Puntana y Puntana Nueva- que estarían operativos para fines de enero de 2021-, y en El Bordo, Tres Pozos, Puntana Grande y Monte Carmelo. Fueron inaugurados en octubre de 2021.
En mayo de 2022 se informaba sobre la construcción de otros 13 pozos profundos y someros construidos en Santa Victoria Este y Rivadavia Banda Norte, en las localidades La Puntana, La Curvita, El Bordo, Tres Pozos, La Paz, Pozo El Chañar, Los Baldes, Misión San Patricio, Lote 12, Lote 13 (Inhuate, Choway y 12 de Octubre), Lantawo’s y Asociación Ganadera 20 de Septiembre.
“Los créditos se los lleva cualquier gobernante de turno porque como es una región alejada, que no es turística, nadie va a chequear cómo está la situación”, manifestó Matwiejuk. Curiosamente, el reclamo por la falta del servicio básico y vital sigue siendo una constante. Tal es así que integrantes de las comunidades emprenden caminatas de varios días para recorrer los cientos de kilómetros que los distancian de la ciudad, en busca de respuestas de las autoridades, búsqueda que suele resultar en vano.
“La realidad es que desde 2020 y desde mucho antes, las comunidades siguen sin provisión de agua potable, en Rivadavia, en Santa Victoria Este, en Orán, Embarcación, Pichanal. Pareciera una burla por parte del Gobierno para con comunidades que están desesperadas, angustiadas, que ven totalmente frustrado un futuro próspero, productivo”, agregó con pesar.
Advirtió que la carencia se traduce inevitablemente en la falta de hábitos rutinarios de higiene personal y ambiental, ya que “no hay transporte público, no pasa un camión recolector de basura, no pasa el camión de agua”. “Las comunidades se autogestionan con muy pocos o con nada de recursos. No se pueden cumplir plenamente los derechos hace muchos años ahí”, denunció y expresó: “De ahí la bronca de que cada tanto algún funcionario prometa que está llevando agua porque la realidad es que todos los meses fallece un niño por desnutrición en Santa Victoria Este y esto no parece estarse por frenar”.
Aseguró que “las autoridades provinciales se presentan, hacen paseos en camionetas”. Sin embargo, remarcó que “por lo menos los primeros cuatro años de Sáenz no se ha solucionado nada, los colegios se siguen cayendo, las rutas siguen sin mantenimiento, no hay gestión de residuos, se viven situaciones críticas como la inseguridad”.
Así las cosas, y frente a un flagelo que va en aumento como es el consumo de alcohol y otras sustancias entre las juventudes originarias, situación que no encuentra respuesta en las autoridades provinciales, denunció enfáticamente el “abandono estatal y judicial complementario”, y concluyó: “Nadie mira para esa zona, es como que están esperando que desaparezcan”. (MH)
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