Es un modelo experimental creado por chicos de la Técnica Nikola Tesla.
Alumnos del cuarto año, ciclo superior, de la Escuela de Educación Técnica Nikola Tesla de la ciudad de Gral. Güemes desarrollaron un sistema electrónico para la entrega automática de alimentos para mascotas.
El sistema será presentado en la próxima Feria de Ciencias que organiza la Provincia, competencia anual de conocimientos que está logrando sacar lo mejor de los estudiantes, especialmente aquellos que forman parte de escuelas de enseñanzas técnicas.
De acuerdo a lo explicado por los alumnos que trabajaron junto al profesor Rubén Gramajo, se trata de un sistema que hace uso de un detector de movimiento. Este detector se encuentra ubicado en la parte exterior de la caja que contiene un tubo de PVC por donde se desplaza el alimento. Cuando el animal se acerca a su plato ubicado debajo de la salida de su comida, el sensor pone a funcionar un motor que hace girar un tornillo sinfín ubicado en medio del alimento. Este tornillo desplaza los granos del producto alimenticio hacia fuera del tubo, hasta una salida al exterior que da al plato de la mascota.
A prueba
El motor se acciona por algunos segundos antes de detenerse, extrayendo la cantidad justa de alimento hacia el plato.
“Aún nos faltan diagramar algunos detalles para que esté completo. Por ejemplo, el alimento cae con mucha fuerza y eso hace que rebote en el plato, pero tenemos la solución y la vamos a implementar en estos días. También debemos regular la altura de los sensores porque hay mascotas de muy distintos tamaños. Este es un prototipo sujeto a modificaciones”, expresó el profesor Gramajo.
La intención, una vez que sea presentado en la Feria de Ciencias, es la de ubicar estos distribuidores de alimentos automáticos en lugares estratégicos para alimentar a perros de la calle, a los que se puede ver deambular no solo en los barrios aledaños, sino en el mismo casco céntrico de la ciudad.
“Si logramos encontrar lugares adecuados para colocar los alimentadores automáticos, podríamos evitar que los perros rompan bolsas de residuos y las esparzan por toda la ciudad como ocurre actualmente. Al estar bien alimentados pensamos que estos ataques a las bolsas de basura extraídas de las viviendas particulares podrían disminuir”, analizaron los alumnos.
El costo de los insumos utilizados para el proyecto, con la compra de la pintura, madera y elementos electrónicos, ascendió a los $2.000, dato muy importante para el caso de que en un futuro algún alumno decida que su comercialización es posible, pero por ahora se trata de un proyecto en busca de una buena performance en las competencias educativas.
Fuente: Sergio Tapia El Tribuno