Mientras la casta salteña se pasea y se toma fotos en obras que prometen ser una solución a futuro, la atención de los grandes problemas de Salta parece estar en un constante estado de espera.
Las promesas se acumulan y la gestión tanto provincial, como municipal e incluso legislativa sigue dando vueltas en círculos, esperando que algún día, mágicamente, las soluciones lleguen por sí solas. Hasta entonces, el circo continúa.
En esta oportunidad la presencia de un grupo de funcionarios nacionales fue el motivo para juntar a tres autoridades importantes del poder salteño. Mientras los discursos se sucedían un sector encabezado por el hombre gym, Emiliano Durand, escuchaba y aplaudía como si las palabras de los funcionarios pudieran por sí solas resolver todos los problemas. Durand, cuya virtud parece ser mantenerse en su cargo mientras ignora el deterioro visible de la ciudad, se mostró entusiasta con los funcionarios mileistas.
Luego estaba Mashur Lapad, el senador provincial de Rivadavia, el lugar mas pobre de la provincia, quien, a pesar de sus décadas en la política, se dedicó a aplaudir sin cambiar la monotonía que caracteriza a su accionar. Lapad, el superviviente político por excelencia, demostró que su habilidad es la obsecuencia en el momento justo sigue siendo una de sus principales competencias.
Y, por supuesto, no podía faltar Esteban”tuty” Amat, el presidente de la Cámara de Diputados, cuyo interés primordial en el lobby del sector tabacalero lo mantiene alejado de los problemas cotidianos de cualquier mortal. En su papel de espectador secundario, Amad aunque esta sentado sobre la caja de la cámara baja local, también se anotó en la actividad.
El espectáculo continúa, pero los salteños seguimos esperando que, en algún momento, la farsa se convierta en una verdadera función de gobierno.