El año legislativo termina con ciertas rispideces entre ambas Cámaras legislativas y el reflejo de ello, es la decisión de que se hayan dispuesto reuniones separadas para recibir el trascendental informe.
La semana pasada, durante la sesión ordinaria, el senador por Güemes, Carlos Rosso, lanzó una dura crítica a la Cámara de Diputados aportando datos y cifras sobre el empeño en la labor parlamentaria, pero también insinuaciones tales como “nosotros sí trabajamos”.
El güemense lo hizo en respuesta a algunas críticas que en Diputados se habían lanzado por la falta de tratamientos de proyectos aprobados y enviados en revisión al Senado. Rosso, puso cifras a esos cuestionamientos y terminó revelando que en a pesar de que la Cámara Alta es más pequeña (23 frente a 60 diputados), sólo tienen 48 proyectos para analizar frente a 90 que tiene Diputados con la media sanción del Senado.
Más allá de los números, de proyectos y de integrantes de cada cámara, es claro que el Senado ha asumido un perfil de mayor debate y volumen político en el último período (a partir de 2020), pero también ha logrado exponer las falencias de funcionarios del Poder Ejecutivo ante el incumplimiento de obligaciones constitucionales elementales, tales como la respuesta en tiempo y forma a los pedidos de informes.
Ese duelo de estilos, indicaron hoy algunos asesores legislativos de mucha experiencia, es o que terminó por definir que el Presupuesto 2023 se presente por separado. De todos modos, lo que sí se espera es un análisis conjunto en revisión, ya que en Diputados está previsto que el proyecto se trate el miércoles 14 de diciembre, para ello lo que se definió es que Dib Ashur será el único ministro que visitará la Cámara Baja.