Este fin de semana se cumplió con un paso fundamental del calendario electoral a partir de la presentación de las listas de candidatos. La decisión sobre la fecha de los comicios aún está a confirmarse mientras esta semana, el Congreso avanzará con la postergación de las elecciones nacionales.
Un interrogante que ha signado las negociaciones durante la semana pasada por el armado de listas fue si las mismas tienen carácter firme. En otras palabras, muchos dirigentes pidieron garantías a las cúpulas de que se trata de una suerte de documento sellado e inmodificable, sobre todo para quienes resultaron beneficiados.
El porqué de la inquietud es claro. Ocurre que el cronograma electoral se establece con plazos contando días previos a la fecha de las elecciones, por ejemplo: Las alianzas se inscribieron 60 días antes, las candidaturas 50 días previos a los comicios y el inicio de la campaña comenzará 30 días antes.
Esto significa que ante una eventual modificación de la fecha de las elecciones provinciales, cualquier candidato o fuerza política podría solicitar un corrimiento de los plazos, lo cual llevaría a una traumática reapertura de las negociaciones por los nombres y lugares en las listas.
En principio y como en tantas otras decisiones, en esta instancia electoral habría una excepción a la regla en nombre de la emergencia sanitaria. Es decir que ante un posible agravamiento de la pandemia en Salta que obligue a posponer las elecciones, lo único que podría alterarse sería el inicio de la campaña (más allá de las clásicas trampas para transgredir ese plazo).
Desde el Tribunal Electoral provincial, su secretario Pablo Finkenlstein anticipó que será una decisión del Tribunal Electoral la que tome la decisión final respecto a la alteración o no del cronograma. Por otra parte, también confirmó que la empresa Magic Software S.A. firmó un contrato que contempla la posibilidad de alterar la fecha prevista, aunque ello puede activar una costosa cláusula que se sumaría a los 400 millones de pesos que ya tiene asegurada esta firma.
La política
Que la decisión final sobre el cronograma esté en manos del Tribunal Electoral no necesariamente implica que será una decisión netamente judicial y técnica. Para ello, es menester recordar que un viejo conocido del peronismo es quien preside la Corte de Justicia y el Tribunal Electoral, se trata de Guillermo Alberto Catalano, ex apoderado del PJ que quedó en el recuerdo provincial con el sobrenombre de “Masacre” por haber comunicado prematuramente una victoria electoral holgada que no fue, durante una elección de fines de los 90.
Junto a Catalano como presidente, los jueces de la Corte Adriana Rodríguez Faraldo, Pablo López Viñals, también integran el Tribunal Electoral como vocales titulares y como suplentes lo hacen: Teresa Ovejero y Fabián Vittar.
Esta elección más que cualquiera de las últimas es seguida muy de cerca por la Corte de Justicia, debido a que se elegirán a los convencionales que modificarán la Constitución y entre esos puntos está previsto el artículo 156, referido a los mandatos de los jueces del Máximo Tribunal.