La camioneta pertenece al fundador del grupo Guinda, quien quedó de a pie.El dueño del local niega responsabilidad, echa culpas sobre su empleado.
“Me llamaron del lavadero a la 1.10 para decirme que mi camioneta había protagonizado un accidente vial. Fui hasta el lugar señalado y hallé mi vehículo destrozado, enredado en cables, con postes de luz tirados sobre la vía pública y canteros de vecinos desarmados por mi camioneta, esa visión me partió en dos”, dijo ayer Santos Escalante a El Tribuno,mientras intentaba sacar su Toyota Hilux de la vereda sur de la principal avenida de barrio San Carlos.
Fuentes policiales informaron que el accidente se produjo cerca de las 12.30 cuando un joven empleado de un lavadero de autos ubicado en ese barrio sacó el vehículo para estacionarlo -supuestamente-, pero una vez en la calle aceleró sobre la avenida, se subió a la vereda, derribó un poste del tendido eléctrico, pasó entre dos árboles, destrozó un cantero de mampostería y cerámicos para finalmente incrustarse contra un poste telefónico que evitó que saliera de nuevo hacia la avenida.
La fuente asegura que el joven conductor no poseía licencia de conducir y que el mismo no resultó lesionado porque se accionaron los dos airbags de la camioneta.
Tras el hecho, personal de Edesa tuvo que reponer el poste arrancado de cuajo para normalizar el suministro eléctrico de parte del barrio mientras la Policía realizó las pericias del caso y demoró al conductor de la camioneta, a quien le realizaron el test de alcoholemia.
Sin explicaciones
Hasta ahí es una historia más de los tantos accidentes que ocurren a diario en la ciudad, sin embargo en horas de la tarde el principal damnificado y sus hijos relataron la parte oculta de un hecho con pocos precedentes en esta capital.
Santos Escalante, padre de los músicos que componen el afamado grupo de música tropical llamado Guinda, dijo ayer a El Tribuno que todo el siniestro vial es un misterio en sí.
Lo único rescatable es que no hubo víctimas que lamentar porque “lo que hizo el personal del lavadero como su propietario no tiene nombre, no solo me dejaron de a pie sino que me avisaron cuando todo estaba ya cocinado”.
Nadie sabe a ciencia cierta quién era el verdadero conductor de la camioneta y por qué la sacaron del lavadero a esa velocidad.
“Cuando yo le dejé la camioneta les dejé también las llaves y les expliqué que teníamos que viajar a Santiago del Estero a la tarde, así que les dije que me llamaran cuando esté lavada. No entiendo por qué la sacaron del lavadero. Nadie me explica por qué le dieron la llave a alguien que no solo no tiene licencia sino que no sabe manejar”, se preguntó.
“Cuando yo llegué el conductor no estaba ahí. Ya lo habían llevado supuestamente demorado a la dependencia policial. Vecinos dudan que fuera el muchacho quien supuestamente se hizo cargo y que sorprendentemente la alcoholemia le dio cero. Son tantas preguntas que no puedo contestar que al ver mi vehículo destrozado de esa manera me imagino cualquier cosa”, aseguró.
Un vecino solidario y a la vez víctima de los destrozos, porque sufrió daños en su frente y sobre todo en los canteros ornamentales que muy bien cuidados tenía sobre su vereda, “me dijo que por suerte había asueto escolar, porque por esa vereda y a esa hora decenas de chico caminan por ella en el momento en que se produjo el accidente. Al parecer no había testigos, así que rompieron todo, se fueron hasta el lavadero y después de no sé cuánto me informan a mí sobre los destrozos; no hay derecho”, añadió.
Santos Escalante dijo que la noticia y las fotos de la camioneta se viralizaron y el tema se esparció de inmediato.
Sostuvo: “Todos mis hijos vinieron enseguida pensando que yo había sufrido tamaño accidente, así que me pasé todo un tiempo explicando uno a uno que yo no estaba frente al volante, pero tampoco sabía quién conducía, porque ni siquiera eso me informaron”.
Casi desencajado de impotencia Escalante dijo “esa rabia no es nada con la que tuve que soportar unos minutos después. La policía me interrogó sobre cómo había dejado el vehículo en manos de la gente del lavadero y allí me entero que la persona encargada de mover los vehículos en ese comercio no se hallaba trabajando, así que mi camioneta quedó en manos de un NN”.
“Esa persona intentó llevarse mi camioneta y se estrelló, pero lo peor del caso es que su patrón se portó muy mal con su cliente. Él fue quien me informó del accidente. Cuando lo entrevisté para que me informe sobre lo sucedido y me dé un principio de solución al menos, se negó rotundamente a darme explicaciones”, recordó.
Fuera de regla
“Llamé a mi abogado para que al menos le tome los datos sobre la legalidad de su negocio, el seguro del que dispone, la habilitación municipal para operar en ese rubro y qué encontramos: no tiene nada en regla. Yo pago un seguro contra terceros y no cubre esta contingencia y ése era un vehículo afectado al trabajo”.
“Este lavadero me dejó de a pie”, afirmó, y aseguró que “la camioneta está destruida y creo que va a costar más arreglarla que comprar otra”.
“Lo peor de todo es que el propietario le dijo a mi abogado que él no tiene responsabilidad alguna y que el verdadero culpable es su empleado. Con esa declaración ahora solo me queda esperar que la Justicia me asista”, se esperanzó.
Fuente: Miguel Escalante El Tribuno