La mujer les había dicho a sus familiares de Mendoza que quería abandonar el Convento, pero le negaban tal posibilidad. Tenía hasta la aprobación del Vaticano pero, sin embargo, no la dejaban abandonar el lugar.
En las últimas horas fue allanado el Convento San Bernardo ubicado en la calle Caseros. El motivo para que el fiscal Ramiro Ramos Ossorio solicitara la intervención con la fuerza pública fue la denuncia de una mujer que estaba privada de su libertad.
Según fuentes del caso, la mujer perteneciente al claustro religioso había manifestado a sus familiares de Mendoza que quería abandonar el Convento, pero le negaron tal posibilidad en reiteradas oportunidades.
De hecho, las autoridades religiosas llegaron a prohibir la comunicación entre la mujer retenida y sus seres queridos. Argumentaban que para salir la mujer debía tener una autorización del Vaticano, la cual efectivamente llegó, pero sin embargo no acataron el pedido.
A raíz de ello la fiscalía instruyó a la Policía para que entrevistara a las responsables del Convento, pero los efectivos no fueron recibidos. Misma actitud adoptaron con los auxiliares fiscales que arribaron al lugar para notificar las actuaciones.
Tras las esquivas, Ramos Ossorio solicitó al Juzgado de Garantías el allanamiento del Convento, el cual se produjo “sin forzar el acceso”. Una vez en el interior, entrevistaron a la mujer damnificada, quien ratifico su intención de retirarse del lugar, informaron desde el Ministerio Publico Fiscal.
Ahora la mujer ya pudo ser trasladada a un lugar seguro. Mientras tanto, continua la investigación del caso que se convirtió en un capítulo más de los escándalos que envuelven al Convento San Bernardo. Y que ya es noticia nacional.
El diario La Nación se hizo eco del caso y sobre el allanamiento, informo: “funcionarios judiciales sostienen que recibieron fotos de María Livia Galliano, la mujer que dice tener las ‘apariciones’ de la Virgen del Cerro y su esposo, Carlos Obeid, ingresando por el acceso de atrás”.
Los mencionados son los responsables del circuito turístico en torno a la Virgen del Cerro, una actividad que genero una disputa con la cúpula de Iglesia Católica salteña. El enfrentamiento termino con denuncias al Monseñor Mario Cargnello.