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miércoles, marzo 19, 2025

Fideicomiso investigado por fraude: otra de Nacho Jarsún

Si algo sobran en el expediente del oscuro caso son nombres conocidos: además del vice presidente de la Cámara de Diputados, nos encontramos también con el ex intendente de Embarcación, Alfredo “Fredy” Llaya.

Es sabido que los fideicomisos son un caldo de cultivo para que grupos desarrolladores obtengan enormes beneficios al margen de la ley, del fisco y en perjuicio de los fiduciantes.

Ciertamente, un informe del Semanario Cuarto Poder, deja al descubierto una operación multimillonaria que ya se encuentra investigada en la Justicia. El proyecto bajo la lupa es el Dean Funes Swites, una torre de 58 departamentos emplazada en calle Deán Funes 857 que hoy es el cobijo de algunos apellidos conocidos.

Un abanico de personajes que conforman el arco político de ayer, hoy y siempre, involucrados en lo que sería un mega fraude. Uno es el actual vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, Ignacio “Nacho” Jarsún, quien figura como propietario/inquilino de un departamento de 55,88 m2 valuado en U$S 129.931,54. Claramente, el ex socio del ex intendente de Quijano, Manuel Cornejo, deberá explicar ante la justicia cuál es su participación en esta “banda”.

Su lugar en el fideicomiso se habría asegurado a cambio de la instalación del sistema de climatización y calefacción del edificio, servicio que el diputado sabía brindar junto a su socio Victorio Binda (h), otro de los fiduciantes del edificio. En el año 2017, la empresa Victorio Binda-Jarsún se retiró repentinamente de un local ubicado en Caseros 121 dejando a varios clientes en la lona.

Algunos damnificados sostuvieron que dejaron pagadas calderas de aproximadamente $140 mil pesos que jamás fueron entregadas. Los empresarios Roque Lozano y Javier Exeni también se encuentran mencionados en el archivo informático como fiduciantes.

Otro, es el exintendente de Embarcación Alfredo «Freddy» Llaya, quien figura como fiduciante y propietario de un departamento de 84,65 metros cuadrados en el sexto piso de DFS por el increíble valor de 196.827,22 dólares. Llaya había sido mencionado en la investigación federal que se abrió por el escándalo de coimas en la AFIP que culminó con la detención de Rafael Resnick Brenner y Nicolás Fili. Este último, casualmente, recuperó la libertad el día exacto de la inauguración de Dean Funes Swites.

Según la publicación mencionado existen pagos en negro a modo de «adelantos» que se calculaban en el 30% del precio de las unidades. A valores de 2015, esta cifra promediaba los $450 mil o en su defecto, 30 mil dólares, aunque dependiendo de la superficie podía llegar superar el millón de pesos. En los contratos, no obstante, sólo quedaba asentado el 70% del valor de los departamentos. En octubre de ese mismo año el metro cuadrado de cada unidad funcional costaba $22.066,04 y las cocheras (de 12 m2 cada una) tenían un valor total de $238.528,37.

Sin embargo, tomando como referencia los datos del Consejo Profesional de Agrimensores, Ingenieros y Prof. afines (COPAIPA)  el costo de construcción de un edificio de 1620 m2 equivalía a $9.403,08 por m2 (con características definidas según explicita el anexo respectivo).De esta forma, el costo resulta en un 42% del valor de venta o dicho de otra manera, el valor de venta resulta ser más del doble del costo.

De este cálculo se deduce que el valor total de venta del edificio Dean Funes Swites, que consta de casi 5 mil metros cuadrados, fue de 10.253.270,88 dólares oficiales en 2015, mientras que la ganancia del 30% asentada en el archivo alcanza los 3,075.981,27 dólares no declarados y en negro.

A la hora de justificar este contrasentido, el apoderado de Grinfil, Nicolás Fili, argumenta que dicha restricción corre para los inquilinos, pero no para los fiduciantes y/o beneficiarios. Algo que a todas luces contradice el Art 3.2 del contrato original suscripto en septiembre de 2014.

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