Pese a las críticas, el diputado sigue adelante con su estrategia de acumulación a través de entrega de alimentos a quienes menos tienen.
El uso político de los más necesitados es, tal vez, uno de los actos más reprochables de la política. En Salta, desde hace tiempo que el diputado Juan José Esteban viene recurriendo a esa estrategia para, como se dice vulgarmente, llevar agua para su molino.
El clientelismo es, esencialmente, una práctica contradictoria e incompatible con cualquier política pública que pretenda garantizar los derechos sociales de las personas excluidas por la pobreza. Al parecer, Esteban no lo ve de esa manera e insiste con estas prácticas.
En las últimas horas, el legislador justicialista y es ministro de Salud utilizó sus redes sociales para exponer a vecinas. “Donaciones de sémola, harina y azúcar para los merenderos San Santiago de Villa Floresta y Una Sonrisa Para los Niños de Finca Valdivia. Este es el camino”, escribió, para acompañar la foto.
No es la primera vez que Esteban incurre en estas praxis: anteriormente repartió la leche a punto de vencer que tenía retenida la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Además de la demagogia de Esteban, el legislador expuso el favoritismo que el Ministerio de Desarrollo Social de Salta tiene con Esteban, a quien le dan mercadería para que haga -mala- política.
En una entrevista en Infinito 96.5 Mhz, Dolores Montarce, coordinadora del ministerio salteño, confirmó lo que era un secreto a voces: “el diputado Esteban gestiona la leche y la entrega de acuerdo a lo que él necesita”. Lo de Esteban es un escándalo por donde se lo mire.