Las exploraciones se extienden desde el Llullaillaco hasta el cordón de Cachi.
En el Salar de Llullaillaco, ubicado a los pies del volcán homónimo, la canadiense International Lithium y la china Ganfeng comparten tres áreas de litio y potasio denominadas Mariana I, II y III. La superficie cubierta por exploraciones es de 160 kilómetros cuadrados. Ganfeng es una fabricante líder de productos de litio en Asia.
En el Salar Centenario la australiana Lithium Power International adquirió en 2016 cinco licencias de exploración. Hay avanzadas perforaciones en una superficie de 53 kilómetros cuadrados.
En el flanco salteño del Salar del Hombre Muerto, la australiana Everlight Resources lleva adelante el proyecto “Gallego”. Los estudios exploratorios lo confirmaron como uno de los depósitos de litio salino no desarrollados de mayor calidad en el mundo. La puesta en marcha de la etapa inicial de producción está prevista para 2019, con 8.000 toneladas por año de hidróxido de litio. Los sistemas de procesamiento fueron diseñados para duplicar, hacia el final del tercer año, ese volumen de producción. La empresa australiana tiene previsto destinar 90 millones de dólares a la construcción de la planta.
En el Salar de Río Grande, ubicado a pocos kilómetros del desmantelado complejo azufrero de La Casualidad, firmas canadienses desarrollan tres proyectos. El más avanzado es “Guadalquivir”, de la empresa Cascadero Copper. Los otros dos, de las compañías Lithium Exploration y LSC Lithiumn, aún se encuentran en instancias prospectivas.
En la fracción salteña de Salinas Grandes, la canadiense Advantage Lithium ejecuta trabajos exploratorios en el proyecto “Stella Maris”. La australiana Orocobre explora otro sector del salar que la provincia comparte con Jujuy. En las cercanías, la canadienses LSC Lithium y Dajin Resources también iniciaron prospecciones.
En el Salar de Arizaro, el tercero más grande de los Andes centrales, hay cinco proyectos que desarrollan la australiana Pepin Nini Minerals y las canadienses Lithium X, Ultra Lithium y Lithium Americas. Esta última está asociada con la chilena SQM. Ultra Lithium, a su vez, comparte la propiedad minera con la china Jinshan.
En el Salar de Pocitos hay cuatro proyectos en diferentes fases exploratorias. Con ellos compiten por el atractivo mercado del litio las canadienses Millennial Lithium, Lithium Americas, Southern Lithium y Pure Energy Minerals.
En el Salar de Incahuasi, Advantage explora otra área.
En el Salar de Pastos Grandes, Millennial y LSC Lithium adquirieron los derechos de dos concesiones.
En el Salar de Pular, la australiana Pepin Nini Minerals tiene otro prospecto minero.
En Pastos Grandes, Millennial ya determinó reservas suficientes para procesar 2,1 millones de toneladas de carbonato de litio y 8,1 millones de toneladas de potasio. La firma informó que avanzará con el estudio económico preliminar con miras a la puesta en producción del emprendimiento.
En el Salar de Cauchari, la canadiense Alba Minerals lleva adelante otro proyecto de litio. En el Salar Tolillar, cerca del límite de Salta con Catamarca, la empresa argentina Trendix Mining inició trabajos prospectivos en una propiedad minera de 8.800 hectáreas.
Desde El Quemado, un distrito pegmatítico que abarca el tramo septentrional de la Sierra de Cachi, el grupo canadiense Centenera Mining recibió buenas noticias. Los trabajos exploratorios confirmaron una extensa mineralización de litio en el área de Santa Elena.
Litio: un mercado en crecimiento
Hoy el país procesa 35.000 toneladas. En cinco años treparía a 145.000 toneladas.
La producción de litio del país asciende actualmente a cerca de 35.000 toneladas.
Solamente las plantas de los dos proyectos que están más adelantados en Salta fueron diseñadas para procesar hasta 40.000 toneladas por año.
Según proyecciones del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, en los próximos cinco años la producción del mineral con el que se fabrican baterías para celulares, tabletas y autos eléctricos, entre otros usos, treparía a 145.000 toneladas anuales con cinco proyectos en la Puna.
Se trata de los jujeños Olaroz (20.000 toneladas) y Cauchari (25.000) y los salteños Sal de Vida (25.000), Rincón (20.000) y Centenario (20.000). Las plantas de los dos primeros ya están en construcción en la vecina provincia.
Sal de Vida es un emprendimiento que se desarrolla en el flanco salteño del Salar del Hombre Muerto, cerca del establecimiento Fénix, con el que la compañía estadounidense FMC Minera del Altiplano abrió la producción de cloruro y carbonato de litio en la región en los años ochenta. El mineral se extrae en suelo catamarqueño y se procesa para la exportación en la ciudad de General Güemes.
En los cálculos, solo Jujuy alcanzará hacia 2023 una producción de 95.000 toneladas anuales. Según las estimaciones oficiales, las ventas de carbonato de litio en el mercado internacional se triplicarían para fines de 2019. El aumento podría ser aún mayor si las empresas radicadas en la Puna consiguen el financiamiento que buscan para varios proyectos que tienen los estudios de factibilidad completados.
Con una demanda internacional que supera largamente a la producción actual y cotizaciones en alza, la extracción de litio es hoy uno de los negocios más atractivos. Los mayores volúmenes de carbonato de litio son producidos actualmente en Australia y Chile, pero más de la mitad de las reservas globales están en los salares de Argentina, Bolivia y Chile.
En este contexto, compañías líderes de la producción mundial de vehículos eléctricos y baterías de litio apuntaron sus miras a Salta. Una de ellas es la estadounidense Tesla. Otra es la gigante china BYB.
Fuente: El Tribuno