Graduada de la UNSa, hoy impulsa su propio emprendimiento vitivinícola familiar en Hualfín, Catamarca. Una historia de esfuerzo, familia y amor por la universidad pública.
Karen Ingrid Maricel Figueroa Cruz nació en Hualfín, un pequeño pueblo de 3.000 habitantes en el corazón de Catamarca. Allí empezó a soñar con un futuro distinto, sin imaginar que la vida la llevaría hasta Cafayate, donde descubriría su pasión por el vino y el camino de la enología.
“Para nosotros ha sido un proceso muy difícil, pero la verdad es que es muy satisfactorio”, cuenta con emoción.
Karen se formó como Técnica Universitaria en Enología y Vitivinicultura en la Delegación Cafayate de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Hoy, junto a su familia, da los primeros pasos con su propia bodega familiar, Memoria Ancestral, un proyecto que une sus raíces catamarqueñas con el espíritu vitivinícola de los Valles Calchaquíes.
La bodega está ubicada en Hualfín, Catamarca, y se especializa en vinos con certificación orgánica en viñedo. Su primer vino es un Malbec llamado “Mis Ancestros”, y este año suman un naranjo de Torrontés llamado “Vínculos”, que refleja el lazo con su familia y la tradición local.
El camino no fue fácil. “Soy mamá de dos hijos y toda mi familia se mudó conmigo. Fue una travesía hermosa, pero llena de desafíos”, recuerda. Entre estudios, trabajo y maternidad, aprendió que los sueños se alcanzan paso a paso, con perseverancia y convicción.
Fiel defensora de la Universidad Pública, Karen destaca el papel fundamental que tuvo la UNSa en su vida: “Siempre voy a defender la Universidad Pública, porque es de calidad, es inclusiva y sin ella no hubiera sido posible este título.
Agradecida con su comunidad y con la institución que la formó, dedica su logro “a mi familia, a la comunidad y al servicio de los demás”.
Y deja un mensaje para quienes hoy transitan su propio camino universitario: “A esa persona que está atorada, que no encuentra el camino, que siente que no puede: sigan, persigan sus sueños. Aunque parezca difícil, vale la pena.”
Hoy, desde su bodega Memoria Ancestral, Karen tiende puentes entre Hualfín y Cafayate, entre el esfuerzo y el sueño cumplido. Su historia refleja cómo la educación pública transforma vidas y cómo, detrás de cada título, hay esfuerzo, amor y esperanza.
