La performance del saencismo en las PASO fue calamitosa y ocasionó “un tirón de orejas” por parte de Sergio Massa al gobernador. Ahora quieren modificar un resultado difícil de revertir.
La aplastante victoria de La Libertad Avanza en la provincia de Salta generó un mar de dudas y tensiones en todos los espacios políticos provinciales, pero fundamentalmente en el oficialismo provincial. La estrategia adoptada esta vez no funcionó y todo terminó con una derrota difícil de digerir y con retos desde Buenos Aires.
La idea de poner “los huevos en distintas canastas” no permitió a las estructuras provinciales trabajar coordinadamente y todo se dispersó. Los candidatos (algunos con chalecos de plomo, como en el caso de Pablo Outes) quedaron en soledad y terminaron haciendo lo que pudieron.
La apatía con la dirigencia y la bronca por la situación económica que estamos atravesando en el país armaron un cóctel explosivo para que un outsider como Javier Milei capitalice todas esas variantes. En Salta, el candidato de La Libertad Avanza se quedó casi con el 50 por ciento de los votos, duplicando los conseguidos por Unión por la Patria.
Estos números provocaron el llamado de Sergio Massa a Gustavo Sáenz. Aprovechando que el gobernador se encontraba en Buenos Aires para dar una entrevista, ambos se reunieron en el Palacio de Hacienda. Quienes estuvieron en los pasillos cercanos al despacho de Massa aseguran que el clima fue de tensión absoluta. Es que, cuentan, el candidato presidencial de UxP estaba al tanto de la jugada de Sáenz de poner candidatos en JxC.
Además, el propio Sáenz había manifestado orgulloso horas antes, en el programa de Alejandro Fantino, que él no había participado de las elecciones. Cuentan que el entorno de Massa lo escuchó y por eso los pases de factura no tardaron en llegar.
Massa se sintió traicionado por Sáenz, con quien mantiene una fuerte amistad, y le reclamó la falta de compromiso al salteño y la estrategia de poner los huevos en distintas canastas.
El reto y el pedido de compromiso de Massa tuvo resultados rápidos: al otro día, Sáenz llamó a un periodista amigo para pedirle aire y dejar marcada su nueva postura: “hay que votar a Massa, es lo que nos conviene a los salteños”.
Patriada difícil
La tarea que emprendió Sáenz para que Massa gane en Salta no será una tarea fácil: Milei sacó el doble de votos que Massa (341.630 a 174.038), diferencia que el libertario podría ampliar en las generales. Algunos especialistas señalan que, con chances concretas de ganar, quienes ya votaron por el “león” el 13 de agosto, lo volverán a hacer. Señalan también que podría haber un arrastre de votos de quienes no lo votaron en las PASO o de quienes no fueron a votar y sí lo harán en las elecciones generales.
Además, Sáenz deberá lidiar con la falta de compromiso de su Gabinete y con la disputa existente entre diferentes espacios dentro de su Gobierno. También lo deberá hacer con el kirchnerismo, espacio que se niega a trabajar con el gobierno, ya que alega tener con éste profundas diferencias.
Para colmo, el larretismo en Salta ya empezó a jugar para el libertario. Todos estos condimentos -internos y externos- hacen la tarea del mandatario más difícil todavía.