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lunes, septiembre 9, 2024

Perspectivas poselectorales

Llama la atención lo equilibrado de ciertas notas periodísticas,

sobre los resultados de nuestras recientes elecciones legislativas, hasta cuando advertimos que casi siempre pertenecen a corresponsales extranjeros.

Lamentablemente pocos periodistas argentinos podrían tener hoy semejante ataque de objetividad, porque sus perspectivas responden, aun involuntariamente, a su pertenencia a ambos lados de la interesada grieta abierta por las tres administraciones K. Cuando recordamos cómo Hitler llegó al poder mediante elecciones libres y con el apoyo apabullante de las mayorías, da escalofríos constatar las similitudes con el largo proceso fascista de siete décadas que hemos padecido en la Argentina.

Muchos me dijeron que era una comparación insostenible y otros me dieron la razón, pero lo cierto es que Macri y Cambiemos es la única posibilidad cierta de recuperar la República, sus instituciones y una democracia genuina. Y el problema mayor es el fanatismo intolerante y faccioso inculcado, de una u otra manera, a lo largo de 70 años por Perón y sus cleptómanos seguidores. Los alemanes tuvieron la suerte (junto con todos nosotros) que la prédica sectaria de Hitler duró allá, apenas los 12 años del kirchnerato acá.

De haber ganado la Segunda Guerra Mundial e impuesto su Reich de los 1000 años, la libertad, los derechos individuales y el funcionamiento de las instituciones republicanas hubieran, con seguridad, colapsado a nivel planetario y el mundo hoy sería de una oscuridad irreconocible. Las dictaduras, tal como nos prometió alguna vez Cristina Fernández al pie del Monumento a la Bandera en Rosario, “van por todo” y sin medida. El adoctrinamiento de los niños y los jóvenes es esencial en el planificado y falaz “Relato” de estos malhadados autócratas. Por fortuna para el mundo y a diferencia de aquella Alemania del siglo XX, en el eventual caso que la Argentina no alcance a doblegar nuestra conocida impronta cultural populista inculcada y los llamados “progres” regresen, las consecuencias las padeceremos los argentinos sólo en casa, aislados del mundo libre, tal como acontece ahora en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua o Venezuela.

 

 

Fuente: Ricardo J. Sureda Salta

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