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domingo, febrero 9, 2025

Pese a las causas en su contra, Romero sigue tranquilo

El exgobernador Juan Carlos Romero, quien en el último tiempo ratificó sus intenciones de seguir en el mundo de la política registra hace más de doce años siete causas gravísimas, por las que todavía ni siquiera declaró y por las cuales podría llegar a recibir una pena de varias décadas tras las rejas.

Quien ahora es senador nacional por la provincia de Salta, Juan Carlos Romero, fue durante doce años gobernador de Salta. Su gestión fue bastante criticada por varios puntos, pero sobre todo, por la cantidad de causas penales que acumuló, en su mayoría por casos de corrupción.

Hoy, a doce años de las causas en las que está implicado, no sólo existe una condena firme, sino que están paralizadas, dado que el exgobernador supo utilizar todos los artilugios judiciales para zafar. Además, gozó de la ayuda de una justicia puesta por él, que le permitió aplicar los fueros provinciales y nacionales. Y fundamentalmente de un pacto con Urtubey. Fue la imagen de un abrazo entre ambos la que simbolizó la impunidad entre Urtubey y Romero, desde ahí las causas penales que tenían a este último como un político asechado por la Justicia han perdido cualquier tipo de peligro.

Fueros

La Ley Nacional de Fueros establece que a los legisladores se les aplican causas sumarias, pero que no llegan a convertirse en causas penales, aunque igualmente deben presentarse a declarar. Esto último nunca ocurrió con Romero, que sólo presentó declaraciones de forma escrita, pero nunca fue interrogado por ningún juez. Además, los fueron habilitan la inmunidad de detención.

En marzo de este año, la Corte Suprema de Justicia rectificó que el exmandatario tiene fueros nacionales, pero que en las siete causas por la que se los juzga, no hay ningún tipo de avance, e inclusive muchas de ellas están apeladas en la misma Corte.

Esto se da, según los abogados, porque existen una serie de vacíos legales y procesales que faltan notificar, lo que explica, en cierta medida y hasta cierto punto, la demora judicial en las causas.

Corrupción

Haciendo memoria, los delitos de los que se los acusa a Juan Carlos Romero no pasaron para nada desapercibidos: desde la compra de hectáreas en La Ciénaga, que debían ser utilizadas para viviendas sociales y que luego fuesen vendidas a un precio irrisorio a su hijo Esteban,  o las causas el Hangar, Mercado S.R.L., Dash, Cerámica Andina, Estancia El Carmen, entre otras. Se tratan de acusaciones penales que giran en torno a la adquisición de tierras del estado provincial que terminaron en el patrimonio familiar de los Romero, como así también el otorgamiento de beneficios económicos a empresas, cuyos titulares forman parte del círculo familiar del senador nacional. Es decir, lisa y llanamente, corrupción y fraude al Estado salteño, por valores de millones de pesos.

Increíblemente, Romero sigue gozando de una libertad impune, que ni Urtubey y sus jueces pudieron revertir, pese a que tienen los mecanismos judiciales para hacerlo. Claramente, la complicidad existente es latente, aunque para el afuera se muestren como adversarios políticos.

El año que viene, tal como ya lo adelantó, Romero formaría parte de alguna de las listas de Cambiemos en Salta, mostrando como en Salta es posible acumular casi 50 años de posibles condenas, sin que caiga ni un mínimo peso de la ley.

Los grandes gobernantes en Salta, entre los que se incluyen Urtubey y  Romero siguen gozando de los beneficios de una justicia servil a sus intereses. Así que por ahora duermen tranquilos.

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