La entrega voluntaria de Víctor Hugo Salvatierra, quien había sido acusado de ser uno de los responsables en el asesinato y decapitación de Quino Almaraz, ha generado muchas preguntas. Salvatierra decidió entregarse después de estar 21 días prófugo y alega que él y su hermano son inocentes y que están siendo involucrados en el asesinato.
En su testimonio, Salvatierra menciona la existencia de lugares inhóspitos conocidos como «paraderos» o «puestos» en el norte de la provincia, donde se refugian personas buscadas por la justicia y narcos. Según Salvatierra, el puesto de Quino Almaraz, cerca del Río Colorado en Pichanal, fue el lugar donde se dejó un cargamento de 200 kilos de cocaína que debía ser trasladado a Mendoza, pero solo llegaron 100 kilos. Salvatierra afirma que Quino tenía deudas por droga y que un tal «Jacinto» y su padre «Monchi» lo incriminaron junto a su hermano del asesinato debido a una bronca relacionada con la desaparición de la cocaína.
Además, Salvatierra acusa a «Monchi» de tener otro puesto que es un refugio para narcos y que está protegido por la policía. Según Salvatierra, «Monchi» tiene conexiones con la policía y sus hijos son liberados inmediatamente después de ser detenidos.
En el testimonio de Salvatierra publicado por diario El Tribuno también menciona a otro sicario conocido como «Cabezón» Díaz, quien también habría tenido refugio en estos puestos y fue trasladado de la cárcel de Orán al penal de Villa Las Rosas, en Salta capital. Salvatierra también menciona que en el puesto de Quino Almaraz fueron a parar hace algunas semanas seis hombres que estaban detenidos y se fugaron en Colonia Santa Rosa, «sin saber que Quino había muerto», dijo.
En resumen, la entrega de Salvatierra ha generado muchas preguntas y su testimonio ha revelado la existencia de aguantaderos donde se refugian personas buscadas por la justicia y narcos, y una posible implicación de otras personas en el asesinato de Quino Almaraz.