El fiscal que debía llevar adelante el megajuicio contra Lázaro Báez , Carlos Giménez Bauer, renunció para jubilarse y la Procuración analiza cómo reemplazarlo.
Eduardo Casal, que asumió como procurador interino tras la salida de Alejandra Gils Carbó , estudia la posibilidad de armar un grupo de fiscales. “Dependerá de cómo quede armado el expediente”, dijo en declaraciones al diario La Nación una alta fuente de la Procuración. Es que el juicio podría convertirse en el gran proceso de corrupción contra el kirchnerismo.
Ayer, el tribunal Oral Federal 2, que recibió por sorteo la causa contra Cristina Kirchner por el presunto direccionamiento de obra pública, se desprendió del caso y se lo envió al Tribunal Oral Federal 9 por “conexidad” con la causa de lavado contra Báez. El TOF 9 debe decidir ahora si acepta juzgar todo junto. Después, con la misma lógica, podrían sumarse otras causas contra Cristina Kirchner, como Hotesur y Los Sauces. Todo en un único juicio.
En la Procuración sostienen que, de concretarse ese escenario, no sería conveniente que un único fiscal acumulara semejante trabajo; sobre todo -dicen- porque este tipo de juicios suelen ser muy largos.
Si no armaran un equipo de fiscales, mantendrían el modelo con el que están trabajando hoy, que consiste en que los funcionarios de las fiscalías que llevaron los casos en la instrucción colaboren con el fiscal de juicio que resulte designado, tal como está pasando en el caso Báez con Giménez Bauer, que es asistido por personal de la fiscalía de Guillermo Marijuan que conoce la causa, explicaron fuentes del Ministerio Público.
La renuncia de Giménez Bauer no sorprendió en la Procuración porque ya venía anunciando su voluntad de irse y tenía la jubilación acordada. Es una renuncia con fecha: se irá el 1º de mayo. Eso le permitiría, calculan, terminar él con la etapa de ofrecimiento de prueba para el juicio.