Con temperaturas elevadas en donde escasea el agua, con más olas de calor y déficit de precipitaciones, la provincia tiene altos riesgos a la
incidencia del cambio climático en un futuro, según informes oficiales.
Más días de intenso calor, veranos prolongados, períodos extensos de sequía, déficit de lluvias en ciertos lugares y fuertes precipitaciones en otros sitios son fenómenos que hoy ya están ocurriendo y se prevén con mayor intensidad a corto y largo plazo. Numerosos estudios científicos lo advierten y ahora también lo muestra una plataforma interactiva que el gobierno nacional creó en base a datos concisos.
Según esta herramienta se concluye que Salta y toda la región noroeste son las zonas del país más vulnerables a estas amenazas climáticas.
Esta plataforma se trata de un sistema de mapas interactivos que revelan los grados de riesgo en un futuro, según diversos escenarios de cambio climático y las vulnerabilidades sociales presentes en la Argentina, las provincias y en cada departamento.
Así se puede observar que en el norte de Salta, hacia el año 2039, llegarían a sumarse hasta 47 noches de calor tropical con respecto al presente, en caso de mantenerse altas emisiones de gas con efecto invernadero. Al entrecruzarse este dato con el nivel de vulnerabilidad esta zona, el panorama es más preocupante. El departamento General San Martín tiene el índice de mayor vulnerabilidad social.
En diálogo con LA GACETA, el subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente de la Nación, Carlos Gentile, explicó que «estos mapas fueron creados en base al informe climático que presentó la Argentina a las Naciones Unidas en 2015, datos procesados por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera de la Universidad de Buenos Aires y los últimos dos censos nacionales del INDEC».
De esta manera, “los datos están puestos a disposición tanto para el sector privado como para el sector académico y sobre todo para los tomadores de decisiones a nivel gubernamental nacional, provincial o municipal”, dijo el funcionario.
“Lo más importante es entender que el riesgo es la resultante del cambio climático, que ya alarma, y la vulnerabilidad de una sociedad. Si hay temperaturas de 50°C en una zona desértica en donde no vive gente y no hay producción agropecuaria, entonces no tenés un problema, no hay un riesgo. Ahora si esos 50° son en una zona de una densidad poblacional alta y de una población mayor de 65 años alta, ahí sí tenés un riesgo exponencial”. Así, ejemplificó una posible lectura de estos mapas que fueron publicados en la web del Ministerio de Ambiente el martes pasado.
La temperatura en Salta crece por arriba del promedio nacional
En cuanto al riesgo visible en la provincia y la región, el funcionario dijo: “mirando para atrás, la temperatura en la Argentina varió, desde 1950 hasta 2010, en promedio 0.5°C. En Salta y Jujuy ese incremento ya fue de 0.7°C, es decir que fue más que el promedio nacional. Y lo que se proyecta a mediano plazo son más incrementos en esa zona que en el resto del país, pero todavía moderados. Ahora, proyectado a más largo plazo, los incrementos son muchos más fuertes aún. O sea que esa zona va a tener una incidencia de temperaturas altas muy importantes”.
Por otra parte, comentó que le llamó la atención que sea el Noroeste la región con más incidencia a los cambios climáticos que el resto del país. “Lo que vimos y nos asombró de esta zona, es que mientras las temperaturas aumentan mucho, las precipitaciones no aumentan tanto; entonces eso va a impactar mucho en el recurso hídrico… lo más probable que el balance hídrico disminuya y eso hay que tener en cuenta para los cultivos, por ejemplo”, advirtió el subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable.
Además dijo que para mitigar los efectos de estos cambios es necesario la intervención de políticas nacionales y locales, y el compromiso de los sectores privados. “El tema es tener un adecuado diagnóstico que permita predecir las cuestiones que no se van a poder manejar, y que son indudablemente negativas, y transformar algunas cuestiones en positivas y, para otras, prepararse de enfrentarlas de la mejor manera para que justamente no tenga tanto impacto en la vida de la gente, la salud, en los medios de subsistencia, en sus viviendas, etcétera”, concluyó.
Marcelo Bonino, investigador asistente del Conicet en el instituto Inibioma del Centro Científico Tecnológico Patagonia norte, dijo que en la comunidad científica y según sus estudios, el noroeste es considerado uno de los lugares más sensibles a los cambios climáticos.
“Muchos científicos coinciden que ya pasamos un punto de inflexión que ya es difícil volver a un punto inicial; si frenamos las emisiones de carbono y paramos un montón de actividades nocivas para el ambiente, difícilmente volvamos al punto de partida, vamos a llegar a un nuevo punto de equilibrio que no sabemos cuál es”, apuntó Bonino.
Ante este escenario, dijo que los gobiernos de muchos países diagraman medidas paliativas y preventivas para cuando ocurran fenómenos que ya se suceden, como sequías, inundaciones y olas de calor. “Porque para que esto se revierta debería de haber un cambio de conciencia global y estamos hablando de algo imposible, ya que implica reducir el consumo de un montón de cosas. Y en las personas hay una tendencia del aumento del consumo de recursos. Es difícil frenarlo así”, comentó.
Por esto, el investigador consideró fundamental el papel de los gobiernos en interacción con los científicos para tomar decisiones certeras. Contó que en el país son muchos los investigadores que están trabajando al respecto, aunque cuestionó la relativa relevancia que se le da desde el Estado. “La mayoría de las veces, las decisiones no pasan por lo más conveniente para el ambiente, sino que terminan siendo por cuestiones económicas”, apuntó.
Fuente: LA GACETA SALTA