El cura Oscar Ossola dejó entrever que fue todo armado porque Las Camelistas querían llevar agua para su molino.
Las carmelitas descalzas del Convento de San Bernardo de Salta denunciaron por violencia de género en la justicia ordinaria al arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, y ese hecho generó una gran crisis.
Al respecto, el sacerdote aseguró en el programa Agenda Abierta que hay segundas intenciones evidentes y sostuvo que solo monseñor llegó a levantar la voz.
«Mucha gente quedó escandalizada pero solo levantó la voz en una discusión», dijo.
Y agregó llama la atención que «el monseñor haya llegado a rezar ante la muerte de una hermanita que había fallecido y en el centro del feretro pusieron una imagen de la virgen del cerro. Entonces Cargnello recrimina diciendo que la cruz es la que tiene que presidir y fue extraño que exista una monja filmando con una cámara».
En ese sentido repasó lo que a su entender fue una cama: «le pongamos la virgen del cerro, lo hagamos enojar al obispo, que reniegue, que grite y que haya una monjita escondida filmando».
Aseguró que «Cargnello no es un violento» y denunció que «la abogada de las Carmelitas es consuegra de María Livia».
Ossola siguió abriendo dudas sobre lo ocurrido. Dijo que no quieren perder ni a las Carmelitas ni un predio de media manzana a tres cuadras de la Plaza 9 de Julio, de la noche de la mañana, de la orden carmelitana y que pase a ser de una Fundación donde la presidenta es María Livia y el marido y la familia forman parte.