Además de malo, incoherente
El tiempo del Milagro ha pasado y la campaña política volverá a recrudecer como pocas veces se vio en épocas electorales en la provincia. Quedan poco más de cuatro semanas para que el 22 de octubre marque una nueva fecha democrática con la elección de legisladores nacionales, provinciales y municipales. Hay mucho en juego.
Si bien nuestros candidatos respetaron el impasse religioso -aunque hubo algunos que sin ponerse colorados le colocaron su nombre a los chalecos de los peregrinos- hubo otros que avanzaron con un trabajo silencioso, pero igual de proselitista buscando el “milagro de los votos”.
Entre estos últimos se ubica la nueva estrella política surgida de la inagotable creatividad de Juan Manuel Urtubey: Adrián Valenzuela, el Chico Malo que hasta no hace mucho tiempo propalaba desde los escalones mediáticos de la radio y la TV, sus insalvables diferencias con el gobierno salteño.
Quizá temeroso luego de sus últimas incursiones ya como candidato a senador por la ciudad capital y luego de que se revelaran penumbrosas etapas de su pasado reciente, como denuncias por violencia de género, juicios por paternidad y cuota alimentaria y otros tantos por empleos en negro, Chico Malo llevó adelante una tarea en los barrios que le resultaron menos favorables en las Paso.
Allí se puso a trabajar con los aceitados engranajes del aparato oficialista pero sin levantar demasiado la voz, ni convocar a los medios de prensa. “La estrategia que le marcó Urtubey fue salir a asegurar los votos de los indecisos. Juan Manuel no quiere ninguna sorpresa ni tampoco riesgos. Las denuncias en contra del candidato realmente preocupan ” aseguró uno de los operadores cercanos a Valenzuela.
Es así que Chico Malo optó por hacer proselitismo pero sin ningún tipo de exposición mediática, por temor a que vuelva el garrote con su pasado reciente y poco claro.
Pero esta falta de aparición pública también le estaba restando posibilidades y es por eso que en los últimos días se lo volvió a ver en la TV y en los medios gráficos con una propuesta vinculada al derecho propietario para las familias que no tienen título de vivienda y con otra iniciativa a la que calificó de histórica: “Los políticos no deben permanecer en los cargos durante toda una vida. Deben ser elegidos por una vez con una sola reelección” dijo Chico Malo.
Alguien debería recordarle que cada uno de los que integran las listas del oficialismo están desde hace décadas al frente de organismos democráticos pero sin renovación alguna, como el caso de la propia cámara de Diputados donde Manuel Santiago Godoy se ha erigido como presidente “ in eternum”.
La política es el arte de lo posible. Hacer que una frase sea políticamente correcta y que oculte una catastrófica incoherencia es parte de ese arte que Valenzuela supo condenar, también dentro de su pasado reciente.
ALBERTO FERNANDEZ