Hoy se promulgó la Ley Provincial 8235. El número no transmite nada, pero el significado de su alcance es verdaderamente importante, pues se trata de la legalización de los centros de estudiantes autónomos para secundarios y terciarios.
En tiempos en los que los y las exponentes “emergentes” de la nueva política, cuya cantera pareciera ser la frivolidad, la imagen de las redes sociales, la exposición mediática o -en el peor de los casos-, el antecedente de haberse financiado con cheques sin fondos, no es una noticia menor que desde este año tiene fuerza de ley el funcionamiento de Centros de Estudiantes para estudiantes secundarios, terciarios o de educación para adultos y su carácter autónomo.
Los centros de estudiantes, además de tomar la agenda propia de cada núcleo educativo, serán propicios para ese necesario ejercicio democrático de la deliberación, le debate, el disenso y el consenso, a lo que se sumará la elección directa de quienes representarán al estudiantado.
Desde el año 2013 en Argentina está habilitada la participación electoral optativa para adolescentes de entre 16 y 18 años. De ahí la importancia de la dinámica política en espacios propios como escuelas y/o colegios. Además del ejercicio de un derecho para quienes estaban habilitados para elegir al presidente de la Nación pero no a uno de sus pares para que los represente.
Otro aspecto positivo de la nueva Ley de Centros de Estudiantes es que pone en igualdad de condiciones democráticas a alumnos y alumnas de establecimientos públicos como privados. En estos últimos, en más de una ocasión en Salta hubo inconvenientes a raíz del carácter restrictivo y hasta discriminador de algunos contenidos del “ideario institucional” de ciertos colegios.
La ley, que fue sancionada a fines de noviembre en el Senado provincial, establece la adhesión de los contenidos de la Ley Nacional 26.877, sancionada en el año 2013.