Llamó la atención la presencia de la diputada provincial fan de Micky Vainilla y férrea enemiga de la venta ambulante.
A pesar de quejarse porque en el shopping “hay vendedores ambulantes recorriendo las mesas, la gente pidiendo, como en el centro pero a otro precio”, la diputada Laura Cartuccia volvió al patio de comidas a sentarse como si nada.
Con una gran capacidad para vivir en mundos paralelos, tal como demostró cuando se autoproclamó candidata a la intendencia de Salta en 2023, ahora al parecer ya no le perturban los que ofrecen baratijas en el Alto Noa.
La diputada lengua larga, que supo cobrar 4 salarios del Estado y que se escapó por la ventana de la legislatura para evitar el contacto con los docentes, tuvo que recibir el llamado de atención del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), cuya delegación salteña encabezada por Gustavo Farquharson ordenó que tome una capacitación para evitar nuevas prácticas discriminatorias.
Parece que Cartuccia no encontró un lugar de mayor categoría para calmar su apetito, o tal vez, las capacitaciones para que no tire debajo de la alfombra la realidad empezaron a causar efectos. Teniendo en cuenta su estructura psicológica, todo indica que optó por lo señalado en primer lugar.
Te puede interesar:
Gueto para la pobreza | Torpeza sincericida de Laura Cartuccia