En el Hospital Materno Infantil ingresaron dos chicos de 4 y 7 años con quemaduras en sus cuerpos.
Al menos dos niños tuvieron que ser atendidos en el Hospital Público Materno Infantil de la Capital salteña luego de sufrir graves heridas por el uso de cohetes durante los festejos por Año Nuevo.
El primero de ellos ingresó al nosocomio pasadas las 12. Con apenas cuatro años, estuvo cerca de la explosión de un petardo que le ocasionó quemaduras en su cuerpo en torno al 8%, siendo la parte de los miembros inferiores la más afectada.
Según detalló a la prensa José Luis Ángel, jefe de comunicación institucional del HPMF, el niño tuvo que ser internado y se dio intervención al área de cirugía plástica ya que el impacto ha sido calificado como “grave”.
En tanto que el segundo chico- de 7 años- que sufrió daños por cohetes ingresó al nosocomio aproximadamente a las 2 de la mañana. Tenía una quemadura en el ojo que resulto ser leve, por lo cual recibió el alta tras la intervención del equipo de salud.
El uso de pirotecnia sonora que provoco las lesiones de los niños es una práctica que, paradójicamente, está prohibida por la Ley N° 8.340 promulgada por el Poder Ejecutivo en octubre del año pasado.
La iniciativa fue impulsada por organizaciones civiles que nuclean a familiares de personas con autismo, proteccionistas de animales y veteranos de Malvinas, entre otros colectivos que bregaron por su aprobación en la Legislatura.
Esta normativa vino a prohibir el “uso, tenencia, comercialización, manipulación, fabricación, acopio, exhibición, expendio mayorista o minorista, cualquiera sea su modalidad, a título oneroso o gratuito de todo elemento de pirotécnica con efecto audibles o sonoros”.
Asimismo, se establecieron sanciones para las personas que no cumplan con los fines de la ley de pirotécnica sonora cero. Las mismas son de hasta 60 días de arresto o su equivalente en multas económicas, además de incluir el secuestro de los cohetes.
Sin embargo, tanto en la Capital como en el interior provincial se instalaron puestos de venta de pirotecnia desde la celebración de la Navidad. Y si bien hubo tareas de control, fueron escasas y timoratas: las autoridades no lograron cumplir la ley a rajatablas.
Finalmente, a los daños provocados en niños y personas con sensibilidad auditiva, cabe decir que hubo muertes de animales, mientras que muchos de ellos se perdieron de sus hogares al escapar de los estruendos artificiales.
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