Aprovechando el espacio radial que le da el operador mediático y empresario hotelero Mario Peña en su radio, el exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey hizo gala de su pluma poco avezada para mandarse con una columna de opinión.
El exgobernador salteño escribió una columna para un medio local destinada a cuestionar el anuncio del presidente Alberto Fernández sobre la “guerra contra la inflación”. En ese análisis acotó que las armas que esgrime el gobierno nacional no son las adecuadas.
Puntualmente, quien en su último año al frente de la gobernación salteña dispusiera casi 900 millones de pesos solo en pauta publicitaria, señaló que uno de los incentivos para la escalada inflacionaria es el gasto público. Además cuestionó la estrategia con la cual Nación pretende pelearle a la inflación. “¿Es un camino elegido por un gobierno que se autocataloga como un gobierno progresista y popular? Daría la sensación de que estamos tomando un camino equivocado”, acotó Juan Manuel
Luego propuso su propia solución: “El camino acertado para combatir la inflación es acelerar el proceso de la actividad económica, es llevarnos a una Argentina donde haya cada vez más inversión, cada vez más actividad económica y eso genere que ese crecimiento económico termine licuando el gasto público. Recordemos que si nosotros tomamos el análisis del gasto público del último año, el gasto público de la Argentina creció más que la inflación. Quiere decir que es uno de los principales motores de la inflación”.
Más adelante, el exgobernador que llenó de ñoquis y viajantes pagos su administración, opinó que el “ajuste” no es un camino viable para los argentinos, y haciendo gala de sus dotes sapienciales para decir mucho sin aportar nada, esgrimió nuevamente la posibilidad de salida al argumentar que “el camino más saludable y más popular para los argentinos sería lograr mayor crecimiento de la economía y en esa economía que crece, que el gasto público crezca menos”.
“Sería bueno que los argentinos empecemos a pensar un poquito más sustentablemente de cómo nuestras políticas públicas inciden en la calidad de vida de nuestra gente. Parece que esta batalla que empezamos, la empezamos a perder el primer día”, escribe el exgobernador salteño, como si hubiera olvidado, de repente, sus 12 años al frente de una provincia que hoy está más quebrada y saqueada que antes de su arribo.