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domingo, febrero 9, 2025

El puente de Vaqueros sigue siendo una deuda de Sáenz

Este fin de semana la zona volvió a colapsar bajo una avalancha de vehículos, evidenciando una vez más las promesas incumplidas del gobernador respecto a la infraestructura vial.

Desde 2021, los habitantes de Salta han escuchado reiteradas promesas sobre la construcción de un nuevo puente sobre el río Vaqueros y una circunvalación destinada a mejorar la conectividad y aliviar el tráfico en la zona. Ese año, el gobernador Sáenz anunció con entusiasmo la firma del contrato para esta obra, que contaría con una inversión de $1.459 millones y un plazo de ejecución de 24 meses. Sin embargo, a la fecha, la construcción no ha comenzado, y los problemas de congestión persisten.

El pasado fin de semana, la situación se tornó crítica. A partir de las 18 horas, el flujo de vehículos que regresaban de los ríos Vaqueros y Wierna colapsó, generando atascos que se prolongaron por más de tres horas. Los conductores, frustrados y sin alternativas viables, quedaron atrapados en largas filas, evidenciando la falta de infraestructura adecuada y la inacción gubernamental.

A pesar de las reiteradas promesas y anuncios oficiales, la realidad muestra una ausencia de avances concretos. En agosto de 2024, el gobernador Sáenz se reunió con el ministro de Economía de la Nación para agilizar las obras viales comprometidas, incluyendo el puente de Vaqueros y su circunvalación. No obstante, hasta el momento, no hay ningún progreso en este proyecto tan esperado por la comunidad.

La falta de acción no solo afecta a los conductores, sino también a los residentes locales y a la economía de la región. La congestión constante desincentiva el turismo y complica las actividades comerciales. Es imperativo que el gobierno provincial tome medidas inmediatas para cumplir con las promesas realizadas y brindar soluciones efectivas a una problemática que se ha prolongado por demasiado tiempo.

La comunidad salteña merece respuestas y, sobre todo, acciones concretas que demuestren un compromiso real con el desarrollo y bienestar de la región. Es hora de que las promesas se traduzcan en obras tangibles que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes.

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