A la candidata del saencismo en Juntos por el Cambio se la vio muy cerca del candidato de Unión por la Patria y varios aseguran que hubo una orden de trabajar juntos.
Durante las festividades del Milagro, se los vio muy cerca a Pablo Outes y a Eugenia De Vita, primer candidato a diputado nacional por Unión por la Patria y segunda candidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio. En el Grand Bourg ya no saben qué hacer para levantar la imagen de Outes.
Una foto de dos dirigentes de distintos espacios juntos, en la procesión por la Virgen y el Señor del Milagro, no sería nada raro. En esa época, en Salta reina la paz y las confrontaciones políticas quedan de lado. Sin embargo, Outes y a De Vita se mostraron como una dupla sólida. Vale recordar que ambos todavía son funcionarios del Gobierno: uno es coordinador de Enlace y Relaciones Políticas de la Gobernación y la otra trabaja en la Secretaría de Prensa. Ambos de estrecha confianza del gobernador.
Según algunas fuentes consultadas, desde el principal despacho del Grand Bourg le habrían pedido a De Vita que, sin declinar su candidatura -y quede como testimonial- ayude a Pablo Outes en su intento de llegar al Congreso y que el gobierno no sume un nuevo papelón electoral.
En Casa de Gobierno entienden que De Vita no tiene ninguna posibilidad de obtener una banca en Diputados, por los resultados de las PASO, y es momento de ayudar en la candidatura de Outes que es, desde el primer día, un yunque para los armadores de la campaña.
Las mismas fuentes consultadas aseguran que la joven candidata, más allá de no estar de acuerdo, habría acatado la decisión.
Los vaivenes de la política salteña (y de los armadores de las listas del Grand Bourg) generan estos inconvenientes, exponiendo el enredo y la confusión en la que encuentra la política salteña.