Pasó más de una semana desde que Estrella Villarreal, suegra del oscuro operador Juanpi Rodriguez, dejó la Secretaría de Gestión Educativa y, como era previsible, nadie se apuró demasiado en buscar reeemplazo. Tampoco el de la Subsecretaría, que quedó igual de huérfana. En un ministerio donde hace rato quedó en segundo plano la urgencia, lo que verdaderamente importa es otra cosa: quién tiene la bendición de Fiore y su mesa chica.
La renuncia de Villarreal —con tono zen y agradecimientos forzados— intentó disfrazar lo solamente Opinorte te contó: no se fue, la fueron. La ministra esperó, dejó que la interna la cocine a fuego lento y finalmente la sirvió en bandeja. Todo bien prolijo, como se estila: sin escándalos, pero con los pasillos rebalsando rumores.
Lo curioso (o no tanto) es que más de una semana después, ni la Secretaría ni la Subsecretaría fueron formalmente cubiertas. ¿Será que están esperando que termine de ordenarse el ajedrez interno? ¿O simplemente van a hacer funcionar todo en modo automatico?
El nombre que empezó a sonar es el del abogado Alejandro William Becquer, pariente de Fiore. Sin experiencia en el día a día con las maestras, sin trayectoria docente, pero eso sí: con un mérito inapelable en estos tiempos de rosca fina…operar constantemente a los que tienen la sarten por el mango.
Becquer ya se mueve como si fuera el nuevo secretario. Visita oficinas, participa en reuniones y hasta se da el lujo de tantear nombres para su eventual equipo. Pero su llegada no genera entusiasmo. Ni dentro ni fuera del edificio. “Otro que viene a ordenar desde arriba lo que no conoce desde abajo”, se escucha.
Mientras tanto, el área de Gestión Educativa —la que debería estar pensando cómo mejorar las condiciones de enseñanza y aprendizaje en toda la provincia— está acéfala. Las decisiones se toman… o, mejor dicho, directamente, no se toman.
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