Salta, la linda. La Salta colonial, la Salta feudal. La Salta de los señores feudales sin corona. Hablamos del que parece un lord inglés, del que quiere continuar siendo joven y del gauchito, con su guitarra cantando por las calles de la ciudad. Háganse cargo.
Existen coincidencias entre ellos, claro que sí. Estos señores conformaron una especie de unicato para gobernar, aglutinaron a todos para que los sigan. No hubo resistencia, seguidores pasivos, los que podían ceder ante el látigo, la billetera o la posibilidad de un carpetazo. O por simple obsecuencia a las bondades del poder.
En época del lord inglés significó brutal represión a los docentes de esa época, el despido al barrer de empleados estatales, más de 5 mil, algunos con hijos discapacitados y enfermedades preexistentes.
El que quiere seguir siendo joven endulzó los oídos de los habitantes de la Salta colonial con el famoso Plan Bicentenario y el de Reparación Histórica, dejando una abultada deuda en millones de dólares.
Y el gauchito prometió la entrega de 10 lotes y… nada por aquí, nada por allá. Compró un trencito y un carrusel, gastó 150 millones de pesos en época de pandemia. También, fuerte represión a docentes en la zona de Grand Bourg.
Pero, creo que es contundente esto, lo que más los une a estos tres señores sin corona, obviamente, es el hecho de que no pudieron bajar la pobreza en Salta, y todo tiene que ver con todo. Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial. Uno para el otro y el otro para todos.
En el presente, el gauchito parece que sigue en campaña con su guitarra cantando por la ciudad. ¿Le habrá informado a las abuelitas que sus diputados nacionales votaron a favor de la reforma previsional y sacar de cuajo la moratoria jubilatoria? ¿Les habrá dicho esto? Se olvidó, parece, de comentarles. Tiene que ver también con que el Impuesto a las Ganancias vuelve, que en la Ley Bases no les tiraron ni un centro a favor de los trabajadores. Cosa rara que no explique que votaron esta media sanción en Diputados.
Ahora, lo que más me llama la atención es que hizo terapia en la entrega de manuales, que buen hecho para la educación que entreguen manuales. “Vine triste, cansado, agobiado con los problemas”. Me pregunto, ¿por qué no va a un psicólogo y allí hace terapia? O me pregunto también ¿por qué se presentó para la reelección? A los chicos hay que darles educación de la mejor y salud pública de la mejor.
También se habrá preguntado qué pensarán los padres, el remisero, el colectivero, el empleado de comercio, cualquier empleado en Salta, que no llega a fin de mes. Deben estar muy preocupados el padre, la madre, deben tener angustia, miedo, temor. Usted no, gauchito, usted no. Usted vive muy bien.
Esto es lo que más me molesta, que falta la política, que falta un plan, y ¿sabe por dónde comenzaría? Vuele menos en el avión sanitario. Estuvo en Buenos Aires, espero con ansias que me informe que viajó en avión de línea. Fue a la Rosada, se reunió con Francos, hay fotos, junto con otros dos gobernadores, uno de Río Negro y otro de Catamarca. Por allí podemos comenzar, ¿no? Austeridad. Austeridad, y priorizar las necesidades de la gente. Esto siempre lo repito.
Ah bueno, ¿y ahora? Lo que faltaba, sobre llovido mojado. Sabemos que la iglesia es un factor de poder. Estuvo cerca del poder político casi siempre, nadie lo puede negar, desde la dictadura hasta aquí, lo estuvo. Algunas veces con críticas, pero estuvo y está siempre al lado del poder.
Esta semana que pasó nos dimos con que se agregó una raya más al tigre. Triste, lamentable, penoso el hecho. El ciudadano y Arzobispo de Salta, Mario Cargnello, se encontró salpicado en un hecho de alcoholemia, sí. Lo más preocupante es que ya viene de otro hecho más grave, suceso grave. Fallo de la justicia lo mandó a Cargnello al psicólogo por violencia de género, el tema de las monjas carmelitas, ¿recuerdan? Pero claro, Salta es tierra de fe, y ante eso los salteños merecemos una disculpa pública, por lo menos, del ciudadano Arzobispo Cargnello.
Pero ¿saben qué? En Salta todo pasa, llegará el Milagro y veremos a todo el poder político detrás de las imágenes de los patronos tutelares de la Provincia, limpiando culpas, calculo yo, y al ciudadano Arzobispo Cargnello tomando el Pacto de Fe.
Eso es Salta, todo pasa, la memoria es muy cortita. Le diría, terminemos con tanta hipocresía. Por lo menos yo estoy harto de esto, y que nuestra querida Salta no se convierta en el triángulo de las bermudas, ¿sí? Merecemos cosas mejores los salteños, y debemos reclamarlas.
Tury Mangione