La explicación oficial sobre la salida del ex jefe de Gabinete sigue eludiendo hacer mención al espionaje denunciado.
A fines de junio, una parte del periodismo creyó detectar un nuevo caso de espionaje apoyados en las denuncias al respecto del jefe de Gabinete y de miembros de la cartera de Economía.
Sin embargo, el gobernador desde un principio minimizó lo advertido por Yarade y explicó su salida a partir de decisiones político-personales. Por su parte, el nuevo jefe de gabinete, aseguró que los micrófonos que se habían encontrado en dos salas del Gran Bourg eran utilizados para “comunicación interna”.
Con los ánimos más tranquilos, Urtubey volvió a referirse al asunto. Dijo que si bien no había podido hablar con Fernando Yarade “claramente se fue dolido”.
En ese sentido, naturalizó lo supuestamente vivido por el hombre de Jorge Brito. “Cuando haces política lamentablemente tenes que soportar críticas o que se metan con tu vida privada”, manifestó aunque aclaró que “no está bien que eso suceda pero lamentablemente a veces la política te somete a eso”.
Nunca quedó claro que pasó. Nadie se creyó que la eyección de Yarade se debió a solo un drone que sobrevolaba su casa. Menos aun cuando Urtubey canceló las obras que eran el ejemplo de gestión de su ex hombre de confianza y quien era una fija para sucederlo. La relación terminó tan mal que el gobernador admitió que no volvió a hablarlo nunca más.
Los periodistas apelaron a sus archivos sobre espionaje en estas tierras permitiendo entender que no es nuevo el “seguimiento”, ya sea mediante la policía (D2-911) o a través la “auditoria” de medios que realiza a diario Troka, empresa de comunicación vinculada a un íntimo miembro del circulo U. Pese a esos esfuerzos por contar lo que se sabe, (aunque una cosa es contarlo y otra demostrarlo) no hizo falta más que el tiempo pasará para despejar el peligro.
Marcelo López Arias, en declaraciones en FM Dinamo, comentó que en los días que ocurrieron los hechos él no estuvo en el gobierno aunque reconoció la existencia de amenazas y que “Fernando no se sintió respaldado”.
Además, contó que en una oportunidad cuando él estaba hablando con Graciela Camaño se dio cuenta que estaba siendo escuchado. Según su opinión, en Argentina sí hay espionaje pero en Salta, no.
De ser cierto lo denunciado por “el flaco”: ¿De qué se habrá enterado el gobernador para que rompa de tal manera con un hombre del núcleo duro de su gobierno?