El actual Secretario de Asuntos Indígenas del actual gobierno provincial fue, en otro tiempo, funcionario de la misma área durante la gestión de Urtubey. Gómez Almaraz, quien no dio explicaciones sobre lo que hizo cuando estuvo al frente de la cartera tampoco dio aviso sobre la crítica situación que se vivía en el norte provincial.
Está a la vista que varios ministros de la gestión anterior se reciclaron en la actual gestión provincial. Entre ellos, se encuentra Luis Gómez Alcaraz, con un pasado poco feliz en la Dirección de Personas Jurídicas y con un paso, por lo menos discutible, como Ministro de Asuntos Indígenas.
Con la problemática, más vigente que nunca, de la mortalidad infantil de niños wichís por consecuencias directas asociadas a la pobreza, surgen las responsabilidades que se obviaron de los funcionarios del exgobierno de Juan Manuel Urtubey, entre ellos, Edith Cruz, y Gómez Alcaraz, quien actualmente se desempeña como Secretario de Asuntos Indígenas.
En medio de sus tareas, se mostró junto a la Ministra de Desarrollo Social, Veronica Figueroa colaborando y verificando las tareas realizadas en el marco de la emergencia socio-sanitaria.
¿El funcionario alertó sobre la crítica situación vivida en las comunidades originarias? Sigilosamente Gómez Alcaraz desempeñó sus tareas frente al ministerio y es hoy el punto de rechazo de algunas comunidades, que ven en el funcionario una contradicción e inhabilitación para dirigir, nuevamente, la cartera.
Es que en varios oportunidaes se atrevió a decir que habitantes de comunidades originarias eran “usurpadores de tierras privadas”. “Erróneamente se hizo creer que porque se pertenezca a una comunidad existe una normativa que me va a proteger de manera deliberada y no es así” declaraba el por entonces el Secretario de Asuntos Indígenas.
¿Cuánto de responsabilidad tiene Asuntos Indígenas en el drama wichi?
Basuras residuales que son más de lo mismo. Lo mismo es la continuidad. Ese muchacho es impresentable. Es otra burla de este gobierno continuista de la misma rama podrida del árbol ya casi exhausto y agotado por los mismos. Rapiña, cinismo y obscenidad de los mismos de siempre.