Los trabajadores reclamaban una mejora salarial, pero la empresa de bebidas no solo se negó, sino que provocó un clima para echar a sus empleados con “justificación”.
“Salta Refrescos ha decidido aplicarle una sanción disciplinaria de máxima severidad proporcional a su inconducta, consistente en el despido con justa causa por su exclusiva culpa y responsabilidad”. De esta manera, la empresa Coca Cola empezó a enviar los telegramas de despidos a los 400 empleados que ha decidido echar luego de que reclamaran un aumento en el ítem salarial por productividad.
La compañía con sede en EEUU utiliza como argumento que los trabajadores cometieron “actos ilícitos” al bloquear el ingreso de transportes a la planta cuando supuestamente estaba vigente la conciliación obligatoria dictada por la Secretaria de Trabajo de la Provincia y que, además, privaron de su libertad a choferes y a directivos de la firma, “produciendo con ello daños y perjuicios en exceso de lo tolerable por el acto de huelga”.
“Usted incurrió en una gravísima falta de conducta, consistente en el abandono intempestivo de su puesto de trabajo, sin aviso ni justificación”, dice el telegrama que le llegó a uno de los obreros. Este medio pudo saber que la conciliación obligatoria aludida se dictó sin la presencia del Sindicato de Trabajadores de Aguas Gaseosas y Afines y sin siquiera haber presentado una contrapropuesta al reclamo.
Lo cierto es que el jueves por la noche la Policía reprimió a los trabajadores dejando un saldo de al menos tres heridos con balas de goma en el rostro y extremidades y el viernes la cantidad de personas se multiplicó. Al reclamo de los cocacoleros se sumaron otros gremios y organizaciones políticas que cortaron la avenida Paraguay. Se prevé que el conflicto continúe hasta tanto las partes lleguen a un acuerdo.