La ordenanza que prohíbe la pirotecnia sonora en la ciudad de Salta fue promulgada por el Ejecutivo municipal el 13 de junio pasado.
Sin embargo, muchos salteños parecen no haberse dado cuenta de esto, o quizás consideran que queda a su criterio acatar la normativa.
Así las cosas, fuertes discusiones entre vecinos, en la vía pública o en las redes sociales se escucharon.
Frente a las numerosas denuncias recibidas durante las últimos semanas, el Ministro de Seguridad de Salta junto al subsecretario de Control Comercial de la comuna, habían acordado realizar un trabajo conjunto entre provincia para concientizar a la población sobre la prohibición del empleo de este tipo de explosivos y los daños que pueden ocasionar en personas con autismo, epilepsia, cardiopatías, ancianos, personas hospitalizadas, niños recién nacidos y en mascotas.
La ordenanza “incluye la prohibición de la venta, utilización, tenencia y/o fabricación de los tipos de artificios pirotécnicos denominados: morteros con bombas, bombas de estruendo o de iguales características. Sean éstos o no de venta libre, controlada y/o de fabricación autorizada”. Los vecinos deben comunicarse al 911 para hacer sus denuncias y la policía debe actuar, primero advirtiendo al usuario, luego labrando un acta e incluso procediendo al uso de la fuerza en caso de que el vecino se niegue a acatar la prohibición.
En los debates de facebook se pudo constatar que los salteños “pro-pirotecnia” son la minoría pero se apoyan en la supuesta imposibilidad de la policía de actuar en las fiestas ante la enorme mayoría que, según ellos, decidirá quebrar la ordenanza. Entre otros argumentos, por ejemplo, sostuvieron fuertemente la existencia de una “cultura navideña” relacionada curiosamente a los fuegos artificiales y las bombas de estruendo.
Pero además, estas costumbres, según los “pro-pirotecnia” detectados por este medio, estarían por encima del universo de personas a los cuales protege la ordenanza. Mediante argumentos parciales, los usuarios de bombas arguyen que la medida se tomó para proteger a “uno pocos perros que se terminarían escapando de casa porque los dueños no los saben cuidar”, según enfurecidos foristas del grupo “¿Alguien Sabe?”.
Como marcamos anteriormente, no se trata sólo de perros, pero si hablamos de ellos, el problema no se reduce a los que se escapan de su casa. Consultado por este medio, veterinarios salteños dijeron que muchos son los animalitos que llegan muertos a sus consultorios a pesar de haber estado bien cuidados, encerrados y hasta dopados.
La profesional Paula Aguirre sostuvo que el problema pasa por que la pirotecnia sonora se usa durante todo diciembre, entero y hasta febrero. “La gente puede usar gotas para tranquilizar a su mascota durante una hora pero es imposible hacerlo durante dos o tres meses, sostuvo la veterinaria, al tiempo que agregó: “Una sola bomba de estruendo tirada un 15 de diciembre a las 22, por poner un ejemplo, puede matar muchos animales de un paro cardíaco. Incluso mueren más animales y se enferma más gente en esas situaciones que en las fiestas en sí, en donde la familia se prepara para contener al miembro que sufre los fuertes ruidos”.
Por otro lado, las fuerzas de seguridad declararon que actuarán con toda su energía por el cumplimiento de la ordenanza. Esperemos que prime la cordura.