Así lo señaló el secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio y concejal, Ángel Ortiz. “Pensábamos que el Gobierno tenía una expectativa de cambio”, sostuvo.
La caída del poder adquisitivo de la mayoría de los ciudadanos hizo, obviamente, caer el consumo y los comercios minoristas se encuentra atravesando una profunda crisis, En Salta la situación se hace sentir con fuerza y, entre enero y agosto pasado, ya se perdieron unos mil puestos de trabajo en el sector.
Ángel Ortiz, concejal de Juntos por el Cambio y secretario gremial de los Empleados de Comercio, puntualizó sobre esa caída en las ventas que afecta principalmente a las pymes: “Es una situación para nada agradable de un gobierno que pensábamos que tenía una expectativa de cambio y no llegan ni brotes verdes ni el fortalecimiento de la economía”, dijo.
El edil y sindicalista explicó que las pymes “son los negocios y empresas que tienen menos espalda. Esta alargada crisis que tenemos de baja de la actividad económica y consumo las ponen en grave riesgo de perder su capital y emprendimiento. Por ahí las grandes empresas tienen algunas herramientas para aguantar la crisis en tiempo prolongado, las pequeñas no”.
Según Ortiz, en el sindicato se realiza un relevamiento “que desde el inicio del año hasta el mes pasado se han perdido 1.000 fuentes de trabajo y es un número impactante”.
Por otro lado, el concejal se refirió a la reforma laboral del gobierno nacional: “Existen cambios que no son tan profundos. También hay pérdidas de derechos, como por ejemplo, un trabajador que no haya estado registrado podía exigirle al empleador una indemnización y un castigo por la no registración y ahora se levantan las multas”.