En el ciclo de entrevistas audiovisuales de Opinorte, recibimos a un pensador: Armando Caro Figueroa, abogado, funcionario en las presidencias de Raúl Alfonsín y Carlos Menem y de Felipe González en España. Actualmente integra el Foro de Observancia de la Calidad Institucional de Salta. Su mirada sobre el presente representa un gran aporte.
La entrevista, café de por medio en “Bar de Letras”, comenzó con una inevitable referencia en este 2023: los cuarenta años de la recuperación de la democracia en Argentina:
– Se cumplen cuarenta años de la restauración de la democracia, ¿qué está pendiente?
– Que tantas leyes que vengan de la época de la dictadura y 40 años de legislatura no hayan reformado orden jurídico salteño. O sea, eso es un asunto pendiente y después que los distintos gobiernos tampoco han resuelto el problema del subdesarrollo de Salta y del norte argentino, son dos grandes asignaturas pendientes y completar el desarrollo de la institucionalidad democrática y crear un sistema económico que integre a los que están fuera y resuelva los problemas que tenemos.
– ¿La cuestión social es la deuda pero además es una amenaza? La pregunta tiene que ver con la aparición de emergentes radicalizados de extrema derecha…
– Si, el hecho de que haya una enorme cantidad de pobres y excluidos del sistema democrático, el sistema productivo y de los beneficios de la Seguridad Social es un problema para cualquier país, no es gratuito tener una masa del 40% de pobreza del 50% de trabajo no registrado, porque ese puede ser el caldo de cultivo para aventuras, digamos, de extrema derecha, por supuesto, como también puede ser extrema izquierda.
La Democracia no logró integrar a este grupo de personas que son multitud y que además tienen situaciones diferentes, acabo de leer el libro de Carlos Pagni, “El nudo”, que habla sobre la situación del conurbano bonaerense y efectivamente ahí tenemos un problema gravísimo que no ha sido visualizado bien por los dirigentes políticos ni por los intelectuales.
Y eso tiene una especie de contracara, de espejo, es el subdesarrollo del norte. Una cosa va de la mano de la otra porque el conurbano se ha formado por los expulsados del mercado de trabajo del norte y de otros países vecinos, hay salteños, santiagueños, catamarqueños, paraguayos, bolivianos.
Y eso de alguna manera desequilibra al País, lo desequilibra también desde el punto de vista electoral porque hoy La Matanza tiene algo así como 2.500.000 habitantes, ante 1.400.000 en Salta que antes se sentaba en la mesa de las decisiones y hoy es menos que un municipio.
Es un problema que hay que resolver, el diseño territorial del país, un problema del diseño del federalismo del país. El unitarismo que rige perjudica al norte.
– Hay otros nudos que está fijándose cada vez más, el problema del narcotráfico, en el centro y en el norte del país, ¿Cómo debe abordarse?
– Bueno es una cuestión urgente y próxima. Ayer conversaba con gente de Orán, por ejemplo, y la situación de toda esa zona de frontera es realmente preocupante, hay una violencia armada que a veces explota, situaciones de una economía que no controla nadie. Hay una especie de repliegue del Estado, una ineficacia del Estado para resolver este problema.
Pero además el problema es que Salta y muchas provincias del norte no son estructuralmente pobres, es decir, tenemos una población sumida en la pobreza, pero es una zona muy rica, no solamente por lo que hoy se sabe de la minería, también la agroindustria, la agricultura, el turismo son fuertes, son fuentes de riqueza que hoy queda concentrada en manos de algunos porque el sistema económico nacional no deja crecer a la producción local.
Por ejemplo, que los biocombustibles es regulado por la Nación y no puedan autorregularse por la provincia, genera dificultades estrecha el crecimiento en Salta que podría producir mucho más.
Se trata de los perjuicios que el mal diseño político, territorial y federal tras alta y a la región norte.
– La descomposición de los partidos políticos ¿a qué obedece, cómo llegamos a esta situación donde las ideologías, los partidos y la dirigencia están cuestionados?
Lo primero es que estas cosas no solamente pasan en Salta o en Argentina, sino en muchos países. Uno advierte que el viejo sistema democrático organizaban partidos y sindicatos y patronales, como hubo en Europa de los años 70 y 80, está en crisis. Hay mucha gente que no se siente representada por los carriles tradicionales.
El sindicato ha dejado de ser lo que era, los partidos políticos, sobre todo la izquierda, también. Entonces tenemos un problema y eso tiene que ver con la enorme diversidad que hoy se constata en cualquier Nación, en algunos casos marcadas por la inmigración, es el hecho de que haya enorme cantidad de extranjeros que han desembarcado en las costas europeas o de Estados Unidos.
En cuanto a Salta el problema es que el sistema también está aislado porque hay un hecho terrible, el que con un 45 % de los votos del señor Gobernador actual tiene el 99% de los senadores, tiene el 90% de los de los diputados, tienen los 90% de los intendentes y el consecuente cien por ciento de la Corte de Justicia, es absurdo.
Entonces eso hace que las minorías, aunque votan creyendo que pueden transformar la situación, encuentran que su voto tiene repercusión cero dentro del escrutinio, porque el sistema salteño, híper mayoritario, es una normalidad que tiene que tienes Salta.
Entonces mientras siga este sistema el poder va a seguir estando fuera de control y no va a recibir las presiones ni las demandas sociales, que son demandas de integración, no de bolsones.
Entonces aquel que reproduce el viejo sistema va a ganar la elección por mayoría, digamos amplia y además va a tener la tentación de ser reelecto. Este asunto muy complicado.