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viernes, marzo 29, 2024

Un chapista fue hallado con una niña, le pintaron la casa y casi lo linchan

Son familias vecinas de villa San Antonio desde hace casi 100 años.

Hay denuncias cruzadas por el abuso de la niña de 12 y por la chapa y pintura de las paredes.

Una mañana gris en villa San Antonio se vio de pronto signada por la violencia y furia de la barriada contra un antiguo vecino. Sus bienes y su vida finalmente fueron salvados por la rápida intervención del 911 y la providencia que la mayoría de los enfurecidos vecinos eran solo mujeres.

El sujeto identificado por las furiosas como Armando Cruz, chapista y pintor de automóviles, de unos 66 años, está acusado de abusar sexualmente de una niña de entre 11 años, hija y nieta de colonos italianos afincados en ese barrio a principio del siglo XX.

El chapista acusado radicó denuncias contra los familiares de la niña víctima, aduciendo su inocencia y reclamando por las pintadas de los muros de su taller con leyendas obscenas en contra de su persona y la acusación directa de ser un violador.

Según los vecinos, el chapista no acató la orden judicial de “prohibición de acercamiento a 200 metros, ya que somos vecinos de apenas 100 a 150 metros”.

Ese pequeño detalle provocó un estallido de ira vecinal.

“Esto es justicia, porque el chapista Cruz fue hallado con las manos sobre la nena, que tiene 11 o 12 años pero un grave retraso madurativo”.

“Ella es muy querida en el barrio y ese tipo la tenía encerrada en una pieza de su taller. Él estaba solo. La madre se cansó de patearle el portón hasta que el tipo salió y fue allí que se descubrió todo. Pero qué hicieron, lo liberaron. Solo una identificación simple y una prohibición de acercamiento. Claro, la niñita está retrasada, inmadura, no comprende. Para saber qué le hizo hay que esperar la cámara Gessell. Mientras eso sucede el chapista volvió a su martilleo de todos los días y los vecinos nos tenemos que contentar por eso. No fue así. Estamos calientes, no solo por el bárbaro hecho del que mejor es no hablar, sino por la actitud de este tipo, sabiendo que nuestras familias compartieron casi cien años en este barrio”, relató ayer un vecino muy conocido.

En tanto, una vecina cercana a la escena del abuso de la menor dijo sin ruborizarse siquiera: “Por favor, no se puede creer en la caradurez de este tipo. Yo estuve esa mañana presenciando todo. Fue a las 10.30 del sábado más o menos. La nena, que es muy chiquita, es nieta de unos italianos que viven aquí a la vuelta y esa mañana pasó hacia la despensa que se ubica casi al lado del taller de chapa y pintura. De allí salió hacia su casa y al parecer alguien la llamó desde adentro del taller. Lo cierto es que unos diez minutos después la madre anduvo casa por casa preguntando por su hijita, hasta que alguien le dijo que estaba dentro del taller, cuyo portón estaba cerrado ya”.

“Usted tendría que haber estado aquí para ver la desesperación de esa mamá pateando el portón, golpeando con sus manos mientras permanecía todo en silencio. Esa escena hubiera sido suficiente para que la creyéramos loca si no hubiera pasado lo que pasó minutos después”.

“En un momento dado, cuando todas las vecinas estábamos sin saber qué pasaba frente al portón del chapista Cruz, las bisagras rechinaron y salió el tipo ese, impávido, mientras la mamá de la niña le preguntaba desesperada dónde estaba su niña”.

“No lo vi, pero ella entró y a los gritos contra el tipo la sacó de allí. No sé dónde la tenía o si le llegó a hacer algo. Pero como vecino le digo, ese tipo es impresentable”.

Otro testimonio

Consultada sobre el mismo hecho una comerciante dijo que así como se expresaron se dieron las cosas.

“La mamá de la nena vino enseguida a preguntarme si no la había visto y yo le dije que sí, que se fue por esa vereda, la del taller hacía unos 10 minutos.

La mujer salió desencajada hacia el taller pero antes pasó por las casas intermedias. Ella es una buena vecina, nos conocemos con su familia desde mis abuelos, más de 95 años que mis padres ya vivían aquí nunca vi una cosa tan desagradable”, expresó.

En tanto otra de las presentes ayer relató: “Yo sé que la halló adentro, encerrada en una pieza del taller, porque la mamá entró ni bien le abrió el portón e hizo bien de no irse sin su niñita. Nosotros pensamos que la Justicia lo había detenido al chapista, pensamos mal. Lo de hoy -por ayer- me pareció aún más desagradable, porque a la mañana llegó el chapista con su mujer. Como si nada hubiera pasado. Claro, le habían hecho una identificación simple y a la casa. La mamá pasó por ahí, vio el portón abierto y se paró a decirle unas cuantas cosas que se había olvidado el sábado. Cosas de mujeres, violencia verbal pero justas, entonces salió la mujer del chapista y la cacheteó. No. Los vecinos dijimos basta. Si la ley no los alcanza a nosotros solo nos basta con reunirnos y poner las cosas en su lugar. La policía y porque solo había dos hombre los salvó de que los arrancáramos del barrio”, dijo la mujer elevando sus manos al cielo.

.Denuncias por grafittis 

Una fuente policial reveló anoche que tras las denuncias realizadas por los familiares de la niña con discapacidad severa, supuestamente abusada por el chapista, esperaban la detención del sujeto, pero la inacción penal enfureció aún más a los padres de la niña y luego al vecindario.
Pero a la vez, los grafittis sobre las paredes del taller y los insultos al unísono de una veintena de mujeres motivaron también la queja penal del principal imputado, en la comisaría 2.
Un joven entrevistado en calle Delfín Leguizamón, que conocía los pormenores del caso dijo: “Es increíble el asunto, no entiendo el comportamiento del acusado, porque estamos a tres cuadras de El Bajo donde podría dar rienda suelta a sus locuras o manías por unos pocos pesos”, se sinceró. 

 

 

Fuente: Miguel Escalante El Tribuno

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