La legisladora fue la única salteña que no dijo una sola palabra sobre la Ley Ómnibus. Ni en el Recinto ni en ningún otro ámbito.
Yolanda Vega fue electa diputada nacional en segundo término por Unión por la Patria. Si bien fue autoridad del PJ, nadie desconoce la simpatía de la exintendenta de Cerrillos por expresiones políticas más de derecha. Es por eso que no llamó la atención su voto positivo a la Ley Ómnibus. Lo que no deja de sorprender, sin embrago, es su llamativo silencio en el debate, incluso desde antes de que el proyecto de ley se discuta en el Recinto.
Muchos militantes del peronismo salteño se vieron sorprendidos por la inclusión de Vega en las listas nacionales. “Fue un pedido de los intendentes del PJ”, dijo orgullosa la propia legisladora. Pero muchos todavía siguen sin entender esa inclusión, debido a que la gestión de Vega en Cerrillos fue desastrosa.
En su mandato, Vega sólo dejó malestar en los cerrillanos. Fundamentalmente en materia de obra pública, se hizo muy poco y muchos vecinos se sintieron abandonados por la gestión.
El continuo enfrentamiento con el Concejo Deliberante, y el ocultamiento de información de forma sistemática sobre las acciones del municipio, fueron otros aspectos que hicieron descender a Vega en la consideración de los cerrillanos, al punto de que el nuevo intendente ahora la quiere llevar a la Justicia por sus constantes desmanejos en el municipio.
La militancia peronista no esperaba nada de Vega porque vio cómo, en plena campaña, prefirió viajar a China para hacer negocios personales, antes que hacer campaña en serio, en un marco de polarización política extrema, como si le hubiese dado lo mismo que el peronismo ganara o perdiese las elecciones.
Pero lo peor vino después del 10 de diciembre, cuando tomó la decisión junto a Pablo Outes y Pamela Calletti de abandonar el bloque de Unión por la Patria y formar un bloque propio para lograr alguna ventaja para el gobernador Sáenz, su jefe político. Lo hizo traicionando la voluntad de los votantes que pretendían que se quedara, naturalmente, en el espacio por el que fue electa.
Con la asunción de Javier Milei se empezaron a discutir temas de vital importancia para los argentinos. Primero fue el controvertido DNU 70/23 y después la Ley Ómnibus. Vega estuvo ajena a estos debates casi por completo. Sólo se la vio en una foto que publicó Pamela Calletti en una reunión con organizaciones ambientalistas que rechazan la Ley Ómnibus.
En el debate en el Recinto Vega tampoco dijo nada. De hecho, fue la única entre los salteños que no tuvo participación. Solamente se limitó a votar. A favor, claro, traicionando de nuevo a sus propios votantes.
Es por eso que Vega pasó de ser una controvertida intendenta a una intrascendente diputada nacional a la que ni siquiera se le conoce la voz. Ahora no se sabe cuál escenario es peor. Eso sí: podrá seguir pasando tranquila por el cajero todos los primeros de mes, que su sueldo estará disponible. Porque, a pesar de todo, “la casta” sigue teniendo empleo.