Pensar en un homenaje por el Día del Maestro en Salta, no puede evitar poner la mirada, el reconocimiento, la admiración y hasta una amarga indignación por lo sucedido con Evelia Murillo, un ejemplo de amor y entrega por su tarea -y por sus alumnos- pero además, porque fue una valiente mujer que enseñó con la vida y hasta con su muerte, ya que dejó una lección que no debe ser desatendida.
Evelia ejercía la docencia en una escuela primaria rural del paraje El Bobadal, Departamento de San Martín, en el norte de Salta. En octubre de 2014 no dudó en arriesgar su vida para proteger a una de sus alumnas que era acosada por un abominable sujeto, que con un arma de fuego planeaba violar a la niña.
En una actitud heroica, la Maestra enfrentó al violento abusador (condenado a perpetua por el delito de feminicidio) lo que le costó la vida al ser alcanzada por una detonación letal.
En aquella aislada escuela rural y en una noche silenciada desde aquel disparo a quemarropa, sus ojos se cerraron clamando que los abran quienes deben disponer de todas las herramientas de prevención para que no se repitan casos similares, que aunque no terminen en muertes, dan cuenta de hechos de enorme gravedad como los abusos contra niños, niñas y adolescentes. Basta con revisar la información judicial, para notar que todas las semanas hay noticias sobre condenas por delitos contra la integridad sexual, que tienen como víctimas a menores de edad.
En ese contexto sombrío que muestra una cruda y vergonzante realidad de Salta, Evelia Murillo nos dejó su más maravilloso legado, el ejemplo de integridad y de compromiso. Una palmaria demostración de lo que una maestra puede llegar a sentir por sus pequeños. En su nombre, y en homenaje su memoria, saludamos afectuosamente a todos los docentes en su día. (PRA)