El secretario de Deportes de la Provincia sufrió una dura derrota política en las elecciones de Gimnasia y Tiro ya que su candidato a presidir esa institución fue triplicado en votos por parte de la lista ganadora. Previo a ello, volvió a dejar la huella en su otro cargo al frente de la Liga.
Sergio Chibán sigue dando muestras de despotismo como presidente de la Liga Salteña de Fútbol (LSF). Se supo que volvió a incurrir en una práctica de apriete hacia los clubes afiliados a esa institución, poniendo un plazo perentorio para que éstos envíen notas firmadas por el presidente y el secretario de cada club, en la que ACEPTEN la EXCLUSIVIDAD de la indumentaria de marca “Terra”, la que comercializa la propia Liga.
La información fue dada a conocer por el periodista especializado Ariel Álvarez, sobre quien pesan diversos episodios de saña y prepotencia por parte de la entidad rectora del fútbol local, por el solo hecho de cumplir su rol de informar.
No es un asunto menor recordar que la LSF, a fines de 2020, realizó una asamblea remota para modificar su estatuto y convertir a la institución en una Entidad Civil con fines de lucro, es decir retirando la esencia de su fundación como entidad de segundo grado. A partir de esa nueva forma, adelantada a la pretensión del actual Gobierno de privatizar los clubes, la Liga registró la marca de indumentaria deportiva Terra.
Desde esa posición de poder, Chibán está convirtiendo a los clubes en clientes cautivos de su marca de indumentaria, en otro hecho flagrante de incompatibilidad para ejercer ese cargo civil y -sobre todo-, en su carácter de funcionario público.
Duro cachetazo
Se sabe que Chibán tiene un encono contra el reelecto presidente de Gimnasia y Tiro, Marcelo Mentesana, por ser éste último quien advirtió la maniobra de modificación estatutaria de la Liga, que a la postre engendró negociados y aprietes como los de la marca Terra.
Por ello, con un viejo socio como Juan Carlos Ibire de candidato a presidente, fueron a disputar la conducción del club de calle Vicente López, pero fueron vapuleados y triplicados en votos.
Es más, se supo que hubo molestias entre ambos porque la irrupción de Chibán en la campaña se convirtió en un boomerang para Ibire y se entendió que sus diatribas contra la gestión de Mentesana, eran “piantavotos”.
Como sea, el autodefinido “mafioso”, sigue haciendo de las suyas desde los cargos que todavía ocupa.