El plantel argentino, con el ánimo despierto, puso primera en Moscú y le dio la bienvenida a Enzo Pérez. La puesta a punto se realiza, íntegramente, en torno al magnetismo que despierta Lionel Messi entre propios y extraños.
Sin cábalas. No al Vaticano, no al Muro de los Lamentos y, si faltaba alguna duda con la que Lionel Messi pisó suelo ruso, alcanza con ver las imágenes en las que apoya su mágico pie izquierdo al bajar de las escalerillas del avión.
Alrededor de su magnética figura gira todo: los sueños argentinos, la confianza, el desafío de hacer las cosas bien y las expectativas de un planeta que ofrece historias fantásticas, como la bronca del inglés David Beckham con sus tres hijos varones vestidos con la camiseta celeste y blanca y declarando con resignación: “Lamentablemente, prefieren a Messi que a su padre y son hinchas de Argentina”.
El volante Enzo Pérez arribó al Bronnitsy Training Centre y se hizo presente en la práctica, donde fue saludado por todos. El capitán Lionel Messi se le acercó en un alto del entrenamiento, le tendió la mano, le dio un beso y con una sonrisa escuchó el agradecimiento por el gesto. En tanto, el encuentro con Lucas Biglia, Gonzalo Higuaín, Franco Armani, Nahuel Guzmán y Marcos Rojo también fue afectuoso. Pérez reemplaza en la lista al lesionado Manuel Lanzini.
La práctica del domingo fue bastante liviana. Las lluvias obligaron a usar la cancha alternativa, teniendo en cuenta que la principal será usada este lunes para el ensayo de fútbol en el que Jorge Sampaoli definirá el equipo que saltará al campo de juego del Spartak el sábado a las 10 en el debut ante Islandia. Los jugadores trabajaron con ejercicios específicos junto al preparador físico Jorge Desio, para luego participar de distintos desafíos de fútbol-tenis.