El intendente de Campo Santo, Mario Cuenca, cobraba $120 mil, en vez de $60 mil, tal como correspondía. Sin embargo, el jefe comunal misteriosamente demoró 2 años para detectarlo.
Campo Santo cuenta con 120 empleados públicos que hace un tiempo cobraban cifras muy elevadas y, tras la insistencia del intendente por no poder pagarlos, exigió una investigación donde descubrió que existía un error de cálculo en los ítems antigüedad y título. Hubo casos donde llegaron a cobrar salarios de hasta 150 mil pesos cuando en realidad debían percibir sólo $50.000.
Cuenca se dio cuenta que había una irregularidad porque la cuenta de los sueldos a pagar era mayor que la cuenta de coparticipación provincial a cobrar, razón por la cual mandó a hacer una auditoría, en la cual se confirmó que se pagaron alrededor de $5 millones de más.
“Este mes ya no se podían pagar los sueldos”, explicó el jefe comunal, a la vez que señaló que el municipio busca recuperar el dinero haciendo descuentos por planilla.
Cuesta creer que no se haya dado cuenta que cobraba más de 100 mil pesos cuando el sueldo de un jefe comunal no supera los $60 mil. Yarade, que se muestra como un hombre recto en las finanzas debería obligar a que sanee las cuentas de un municipio que no tiene nada para regalar.