El interbloque Federal presentó un proyecto en el Congreso nacional y Juntos lo respalda. Buscarían tratarlo en marzo. En Salta también habrá insistencia al menos desde el Senado provincial porque el voto electrónico seguirá teniendo un costo sideral.
Los principales partidos de la oposición intentarán aprobar este año una ley que incorpore la boleta única en las elecciones presidenciales, un sistema utilizado en los países región pero por ahora resistido en la Casa Rosada.
Consiste en sustituir las boletas de cada partido político que inundan los cuartos oscuros por otras que incluyan el detalle de todos los candidatos en columnas, para que el elector opte por el suyo marcando una cruz con su birome.
De esta manera, se olvidan las denuncias por robo de boletas de los partidos con menor capacidad de desplegar fiscales y los problemas logísticos para las impresiones de los que no juntan fondos para pagar los anticipos.
El año pasado los diputados nacionales Alejandro «Topo» Rodríguez, Graciela Camaño y Jorge Sarghini, peronistas disidentes del interbloque federal, presentaron un proyecto para implementar la boleta única en las últimas elecciones legislativas e insistirán en marzo. Los jefes de Juntos le anticiparon su respaldo, según consigno La Política Online.
Juntos prefiere el sistema electrónico, pero lo respaldaría para unir a la oposición. Si los partidos provinciales y la izquierda apoyan, el gobierno debería ceder.
A la carga contra el voto electrónico
El costoso sistema del voto electrónico que tiene Salta y fue instaurado por el exgobernador Urtubey, deberá ser justificado por el oficialismo provincial en caso que pretenda darle continuidad.
Por lo pronto, en el Senado provincial, el representante de Cachi, Walter Wayar, anticipó esta semana que retomará el proyecto de ley que en noviembre de 2019 obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y que consiste en derogar la Ley de Voto Electrónico dando paso al sistema de Boleta Única de Papel.
El año no electoral será propicio para la deliberación sobre si en una provincia tan pobre como Salta, con escuelas rancho y muertes por desnutrición infantil, es admisible tener un sistema de votación que para el año próximo probablemente tenga un costo exacerbado con cifras de nueve ceros (más de mil millones de pesos)