Finalmente, los cambios anunciados con un mes de anticipación, se redujeron a dos ministerios, seis secretarías y una subsecretaría. Las decisiones en nombre del desgaste ¿cancelan el plan de un tercer mandato?
La asunción de los nuevos funcionarios se dio días antes de cumplir el quinto año del actual Gobierno provincial. Muchos entienden que la decisión adelantar una semana el acto, se debió al clima tenso y de cierta parálisis que se podía percibir en el Grand Bourg, donde los rumores se multiplicaron en las últimas semanas y pocos sabían a ciencia cierta cuál iba a ser su destino inmediato.
A ello se le sumó, se comenta, cierto malestar del mandatario provincial, para con los medios oficialistas, porque su rol de propagar el discurso gubernamental no surte efecto y más aún, tampoco aportan a una subjetividad que acompañe la gestión. En este punto, muchos apuntaron al operador político Juanpi Rodríguez, como el artífice de un discurso único que tiene escasa resonancia.
Más allá del supuesto malestar, es claro que el Gobierno tampoco tiene argumentadores de fuste, ni en lo político ni en lo técnico, ni en el Gabinete ni en la Legislatura. De hecho, esta semana la diputada saencista Socorro Villamayor, se atrevió a cuestionar el trabajo de la Secretaria General de la Gobernación, Matilde López Morillo, por sus deficiencias a la hora de remitir proyectos a una Cámara en la que tampoco el saencismo se muestra eficaz a la hora de sostener políticamente al Gobierno.
Recambio y enroques
Los relevos de primera línea estaban cantados, aunque se esperaba que al menos dos ministros más sean reemplazados.
Puntualmente, a muchos sorprendió la continuidad de Ricardo Villada (Gobierno, DDHH y Trabajo) y de Mario Mimessi (Desarrollo Social). Se trata, en ambos casos, de funcionarios con sendos cuestionamientos y el agotamiento de sus iniciativas es notorio.
Villada quedó en una situación incómoda luego de desestimar la intervención al municipio de Morillo para luego cambiar de postura horas más tarde cuando Sáenz tomó la decisión de promover la intervención. A esto se le suma su escasa capacidad de aportar algo más que incoherencias o planteos que luego son contrariados o corregidos.
Mimessi, por su parte, fue confirmado en su cargo a pesar de las escandalosas denuncias de su paso como intendente en Tartagal y de los desmanejos que se advierten en su ministerio, tales como la entrega irregular de alimentos. A esto se le suma la impericia en resolver las gravísimas denuncias sobre violencia y abusos en los hogares de menores dependientes de su ministerio.
En cuanto a Seguridad, la llegada de Nicolás Avellaneda a la Secretaría, implica en principio el desprecio por la especificidad e idoneidad, ya que asume con la experiencia acumulada en su paso por la secretaría de Comercio e Industria.
Además, la primera definición sobre la nueva gestión en la secretaría de Seguridad es que volverá a tener el mando directo de la policía. La pregunta es: ¿cuándo se perdió?
Educación, doble comando
Otro ministerio donde abundaron los cuestionamientos en las últimas semanas, fue el de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
La deplorable gestión en la secretaría de Cultura fue respaldada con la continuidad de Diego Ashur, a pesar de las graves irregularidades con la Escuela Oficial de Ballet o lo sucedido con el exdirector fantasma de la Orquesta Sinfónica.
En lo concerniente al área educativa, no sólo el pésimo estado de los edificios escolares es parte del balance crítico, también esa anomalía de doble comando en el que figura de un lado la ministra Cristina Fiore y, por otro andarivel, la secretaria de Planeamiento Educativo, Analía Guardo, muy cercana al exministro Matías Cánepa.
De la funcionaria de segunda línea, se dice que ejerce un poder de veto sobre mucho de lo que se resuelve en el ministerio y ha llevado a una situación extrema a cientos de docentes que no logran acreditar su formación de postítulo para presentar ante la Junta de Calificaciones. Paralelamente, Guardo ha sido incapaz de desarrollar una política de capacitaciones estatales, gratuitas y masivas para los docentes.
Desgaste y cooptación
Es claro que los cambios en el equipo de Gobierno se hacen para oxigenar o dinamizar la gestión en el inicio de un nuevo proceso electoral provincial, en el que, si bien no se avizora un sector opositor vigoroso, el principal adversario podía llegar a ser el estancamiento propio.
La admisión de Gustavo Sáenz, sobre el desgaste “en la gestión y en lo personal”, no es más que una reiteración de cierto agotamiento y el impacto que causa al cuadro gubernamental. A esto se le suma que el alineamiento con el Gobierno nacional actual, se da con las ambigüedades propias de no haber sido parte del sector libertario desde un principio.
No todos pueden ser enroques, eran también necesarias caras nuevas y allí apareció la exconcejal del partido Salta Independiente, Paula Benavides cooptada para el cargo de secretaria de Gobierno.
Si bien Benavides llega por sí misma al Gobierno, es decir que su partido no se incorpora al oficialismo, no es menos cierto que el espacio de los Biella, siempre está coqueteando en las mesas chicas del Grand Bourg y tal vez formalicen cuando el ofrecimiento sea mayor.
Los jugadores para comenzar el sexto año de gestión saencista ya están en la cancha y tendrán que mostrarse en un contexto electoral. Tras ello, estará más claro si el desgaste del que habla el Gobernador, termina archivando el proyecto de re-reelección de 2027.
“Hay un desgaste en la función y en lo personal, me tienen que aguantar un poquito más”