El Centro Tinku avanza en su tarea de rehabilitar a las personas con consumos problemáticos.El secretario de Salud, Martín Teruel, visitó la ciudad y acordó avanzar en la intervención
temprana.
En Orán, el secretario de Adicciones del Ministerio de Salud, Martín Teruel, se reunió con el gerente del hospital San Vicente de Paúl, Nicanor Sosa y la jefa del Centro Preventivo y Asistencial Tinku, Silvina Elvira, con el propósito de trabajar en la implementación de un sistema de intervención temprana y de atención integral a pacientes con consumos problemáticos, para profundizar la asistencia sanitaria necesaria y el abordaje especializado.
Teruel explicó que durante el encuentro en el que también participaron los equipos de Salud Metal y el personal del 9-1-
1, se especificó que la adecuación de protocolos de actuación involucra a la guardia hospitalaria en casos de intoxicación aguda y el acceso a tratamiento específico superado el cuadro clínico.
Garantizar el acceso
“Esto no solo permite la continuidad en la atención a las personas sino también garantizar el acceso a los diversos programas de tratamiento que existen en la zona brindados por la Secretaría de Adicciones a pacientes que ingresan al sistema de salud hospitalario”, detalló el funcionario.
Para eso, se recuerda que el Centro funciona en la órbita de la Secretaría de Adicciones como un dispositivo de prevención, tratamiento y asistencia de los consumos problemáticos con injerencia en el departamento Orán y zonas aledañas.
El centro dispone de profesionales especializados en el abordaje interdisciplinario de la problemática, con una oferta de servicios que incluyen las modalidades de tratamiento ambulatoria, centro de día e internación, además de acciones preventivas en ámbitos educativos e institucionales en coordinación con diversos actores municipales y organizaciones civiles locales.
El centro Tinku
Entre los objetivos de Tinku figuran la realización de acciones de prevención del consumo problemático de sustancias psicoactivas y sus consecuencias; brindar asistencia a personas con esa problemática, generando espacios de contención, psicoterapia individual, grupal y acompañamiento en las distintas terapéuticas.
Cuenta con instalaciones para atención ambulatoria: cuatro consultorios externos, sala de situación, sala de visitas y sanitarios; internación para 20 personas en camas simples con sanitarios; administración; guardia médica (oficina y dormitorio con baño); área de servicio: cocina, lavadero, depósito y despensa; espacios recreativos: comedor, sala de estar y espacios al aire libre; taller con vinculación directa a la calle y aulas satélite.
Talleres y deportes
Al respecto, Elvira explicó que a todos los pacientes que ingresan como residentes se los incluye en actividades deportivas y talleres, incluyendo escuelas satelitales y trabajos en conjunto con el hospital San Vicente de Paúl.
Las personas en tratamiento trabajan en compañía de operadores, que son profesionales psicólogos y trabajadores sociales. “Los pacientes que permanecen dentro de la institución, tienen la opción de estar media jornada dentro, o jornada completa de domingo a domingo, dependiendo de sus necesidades particulares”, explicó su directora.
Por otra parte, Elvira comentó angustiada que llegaron a atender niños que no superan los 12 años, “lo cual es alarmante para nuestra sociedad. Son niños que por su corta edad están en la primera etapa de adicción, que se llama uso de sustancias, pero es muy peligroso”.
Lo grave del caso es que no fue un caso sino que cada vez son más frecuentes los problemas de este tipo con los que deben lidiar en Tinku.
Los comienzos
El Centro Preventivo Tinku comenzó a funcionar en enero del 2011 como Centro de Día, por falta de infraestructura, o sea de un edificio adecuado para contener a los pacientes. Este servicio nació como un dispositivo que ofrecía diferentes actividades terapéuticas para favorecer la recuperación, la expresión, mediante la inclusión social y el intercambio de experiencias de personas con problemas de adicción. Ante la gran demanda y la posibilidad de internación, se trasladó a un edificio más grande en calle Alvarado primera cuadra, donde funciona actualmente.
Soledad y falta de amor
Elvira agregó que el común denominador de las adicciones es la soledad y la falta de amor. Para finalizar la profesional contó, orgullosa, que gracias al arduo trabajo dos de los pacientes del centro lograron el alta terapéutica.
“Fue un trabajo muy duro para ellos y para nosotros como equipo, pero lo conseguimos”, dijo satisfecha la encargada del centro.
Fuente: Andrea Silvera El Tribuno