En marzo el IPC nacional fue del 2,3%, mientras que en la región NOA del país se ubicó en el 3,1%.
Al menos un 30% más alta que la media nacional fue la inflación registrada en marzo en la región NOA, al ubicarse en 3,1%, muy por encima que el promedio de todo el país, que alcanzó el 2,3% de acuerdo a los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC), relevado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Un 0,8% más alta que la nacional resultó la inflación del NOA, y se constituyó como la más alta del país, junto con la de la región de la Patagonia.
Los rubros educación, alimentos y bebidas, indumentaria y equipamiento del hogar motorizaron el alza tanto a nivel regional como nacional.
Asimismo, el acumulado del primer trimestre se ubicó en 6,7%, situación que torna muy difícil el cumplimiento de la meta oficial de inflación, calculada en el 15% anual por el Banco Central de la República Argentina.
En este contexto, la situación del NOA también es peor: 7,2% en los tres primeros meses del año.
Debería ser de un 0,92% mensual la inflación entre abril y diciembre para alcanzar la ya corregida meta trazada por el Gobierno nacional, que a principios de año había calculado el índice en un 10% para todo el 2018. En este contexto, consultoras y economistas estiman la inflación en más del 20% y, el Fondo Monetario Internacional (FMI) la proyectó en 19,2%.
El director de la Consultora Finex, CPN Álvaro Pérez, consideró que “la inflación del NOA es muy alta, a tal punto que está al nivel de la región Patagónica, zona donde las condiciones de empleo y salario son absolutamente distintas, diametralmente opuestas, lo que vuelve más preocupante todavía la situación de nuestra región”.
Pérez llamó la atención sobre la preocupación que se genera “por los incrementos salariales de quienes están en negro y sobre los productos que se venden en negro, porque la economía informal en Salta supera el 50%”.
Otro dato altamente preocupante -detalló el titular de Finex- es el nivel de las subas de precios en el rubro alimentos y bebidas, porque es lo que toda la población consume. A modo de ejemplo, citó el incremento en el ítem educación (20%), que si bien fue el más alto, no es una categoría que afecte a toda la población, porque un jubilado, por ejemplo, no consume educación. “En cambio alimentos y bebidas sí afecta a todos por igual, y cuando este ítem se dispara es peligroso porque afecta a los que menos tienen”, advirtió.
Por otro lado, Pérez consideró que “sigue siendo preocupante el nivel de suba de impuestos que impacta en los precios y los productos. Ingresos brutos grava al comercio y el comercio lo traslada a los precios. El problema es que ahora vamos a empezar a ver, de la mano de la presión fiscal provincial, un aumento de precios”.
En este punto, el economista trazó el diferente impacto que esta situación tendrá en grandes empresas y pymes. “Si a una gran empresa le cae el consumo, no tiene inconvenientes para lanzar promociones o congelar los precios”, explicó y agregó: “En cambio, la pyme no tiene espalda para bancar mucho tiempo sin trasladar los costos al precio, porque pone en riesgo la sustentabilidad del negocio”.
Graficó el titular de la consultora Finex, lo que termina operando como un círculo vicioso: “Por un lado está la AFIP, que cada día recauda de una forma más fuerte y voraz, por eso suben los indicadores de recaudación, no es casual, no es solo porque sube el nivel de actividad sino porque AFIP es más eficiente. La contracara es una presión tributaria mayor y, la consecuencia de esto es una menor rentabilidad que se traslada al precio y, el resultado, es una caída del consumo”.