El diputado kirchnerista se acerca a la figura de Javier David y sueña con ser la principal opción para gobernador de Salta. Un pobre staff de urtubeycistas alimentan sus ilusiones. Los puntos flojos de su discurso.
Sergio «el oso» Leavy es un hombre que acumuló muchas críticas negativas en su gestión como intendente de Tartagal, debido a su visión pragmática de la política. Es que el “Oso” se define como un hombre de acción. En una entrevista brindada a Cadena Máxima, el legislador nacional se refirió a la situación de Salta y del país. Reconoció que más que las leyes y comisiones parlamentarias, lo suyo es el contacto con la gente y hasta se animó a hacer una contraposición temeraria: señaló que en Tartagal organizó a los panaderos para comprar harina más barata y lo remarcó como un “hecho concreto que beneficia a toda la población”, en contraposición a leyes como “la ley de fertilización, que puede beneficiar a uno entre miles y gente que no conocés”.
Su visión clientelar y efectivista de la política se ve en pasajes como este pero sobre todo en su gestión en el norte. Fue denunciado por sostener una extensa red de punteros en base a planes sociales y de tener la mayoría del personal municipal con contratos precarios. Él se defiende diciendo que hizo lo que pudo y sacó adelante el municipio. Una afirmación por lo menos cuestionable. Más cuestionable aún fue su visión de la municipalidad, en la que propone zonificar la obra pública, un esquema de tercerizaciones en la que su municipio puede dar un (mal) ejemplo.
“Todos unidos triunfaremos”
Urtubey implícitamente pidió a los candidatos a gobernador que lleguen a un acuerdo para no dividir al espectro peronista, aunque él no es ejemplo, pues no quiere subordinarse ni a Massa ni a Lavagna. Los únicos que le hicieron caso fueron Kosiner, Isa y Yarade.
David y Leavy, por su parte juegan cada uno su juego y ya se lanzaron; saben que dentro del desgastado staff del urtubeysmo ellos pueden dirigir la batuta. O al menos por ahora intentarlo.

El diputado tartagalense sale a la palestra conservando su discurso kirchnerista intacto desde por lo menos 15 años. Para él, el gobierno nacional anterior no tiene ningún defecto y perdió por maniobras mediáticas. No hay autocrítica ni nada que se le parezca y, desde allí, pide la unidad de todo el peronismo con CFK incluida.
Señaló que el ajuste “está mal”, remarcó los reales errores de la actual gestión nacional pero no reconoció los desajustes heredados. Leavy quiere volver al 2015 pero no explica cómo hacer para que las variables económicas favorables de aquellos tiempos (soja, tasa de interés, etc) retornen ni tampoco explica cómo contrarestar el déficit crónico que CFK nos legó. En definitiva, lo suyo es montarse sobre los descontentos reales para proponer soluciones inexistentes.
Javier David lo acompaña en esa empresa, aunque todavía no se pusieron del todo de acuerdo. Incluso quieren alterar la ley electoral para definirlo por primarias, para que la gente vote y gaste en resolver sus cuitas personales. Isa quedó en el camino, pues ninguno de los dos quiere manchar su imagen al lado del destructor sistemático de la ciudad de Salta. Pero cuando critica la situación de la capital, achacándole la responsabilidad a Sáenz, muestra que deja una ventana abierta, para que el vicegobernador se sume aunque en un rol secundario. Aunque haya empezado su entrevista diciendo que no quiere “sumar caras para tener más votos”, todo parece indicar que su pragmatismo lo lleva a lo que tanto niega.
Por Alejandro Bustos para Opinorte
