Aunque ocupan cargos con una alta remuneración y tienen empresas, los principales ministros están muy lejos de ser millonarios. Esto según datos que surgen de sus declaraciones juradas presentadas en la Escribanía de Gobierno.
El caso de Paula Bibini llama la atención. Si bien la ministra de Producción, Trabajo y Desarrollo Sustentable declara que forma parte de las firmas Frigorífico Norte Grande y la Francisca, asegura no tener dinero bancarizado. Lo que si declaró es que tiene 4 millones, pero al parecer lo tiene debajo de la cama.
Tampoco tiene autos ni inmuebles. Bibini, si uno mira su declaración puede suponer que vive alquilando. Lo cierto es que deja de lado las propiedades de su marido, quien además de ser un poderoso empresario tiene una importante flota de vehículos terrestres y acuáticos: un catamarán y una moto de primera gama. Además, tiene 6 inmuebles. De cualquier manera esto no fue declarado por Paula Bibini y debería hacerlo.
Otro ejemplo, que bien puede hacernos dudar es el de Marcelo López Arias. El dirigente justicialista afirma tener 3 inmuebles: 2 en Salta y uno en Buenos Aires. Hasta ahí todo bien. Un funcionario de tal calibre, que es director de la firma Cardero Resource S.A., una empresa dedicada a la exploración minera con proyectos en marcha en la provincia de San Juan, tranquilamente puede llegar a tener tres inmuebles, lo que poderosamente llama la atención es el precio al que logro adquirirlos; en Salta uno le costó apenas $ 400 mil y el otro $ 75 mil, mientras que en Buenos Aires pago solo $48 mil. Habría que pedirle consejos para comprar un departamento a tan módico precio.
Yarade, también, consigue precios irrisorios en el mercado inmobiliario. Según dice uno de los tantos inmuebles que tiene le costó $ 28.500 mil y otros dos $ 10 mil, sí estimado lector, diez mil pesos.
Al repasar el dinero que tienen en los bancos tanto López Arias como Yarade, prácticamente no poseen. El primero asegura tener $5 mil y el segundo, dice que en tres cuentas no supera los 15 mil pesos guardados.
Como quedó dicho, los patrimonios responden exclusivamente a los bienes declarados. Resulta dudoso que lo informado sea lo que verdaderamente poseen.